jueves, 4 de junio de 2015

Niños, adolescentes e internet


Sin duda, ha cambiado la manera de educar a medida que pasa el tiempo. La formación de los niños y adolescentes, en comparación al siglo pasado, es sumamente delicado. No sólo por la presencia del boom tecnológico, sino por la manera cómo éste puede  determinar en la formación cognoscitiva y emocional del futuro ciudadano. Mucho tiene que ver la familia y la escuela. Sobre todo la familia como “célula fundamental de la sociedad”. 

 Mucha razón tiene Fernando Sabater, filósofo italiano, al decir que “el niño tiene que educarse ahora para aprender a distinguir la calidad de estos materiales, porque lo que  está claro es que los niños van estar sumergidos en el internet, no tiene vuelta de hoja, no vamos a volver atrás, así que no tiene sentido protegerle del que será su hábitat para obligarle a que escuche a la abuelita. Así que estamos obligados a aprender cómo rentabilizar estos medios a favor de la educación y del ciudadano”.

Cuando Sabater dice “cómo rentabilizar estos medios a favor de la educación y del ciudadano”, no hace otra cosa que llamar la atención a los padres de familia y a los educadores a saber cómo enseñar a utilizar el internet y  lo que contiene en sus páginas electrónicas. Cómo enseñarles a utilizar la buena información y a rechazar los contenidos e información malévolas que puede hacer daño el crecimiento emocional del niño y del adolescente.

En una oportunidad ingrese a unas cabinas de internet públicas con la intención de revisar mi correo, me encontré con un buen grupo de estudiantes entre niños y adolecentes que gritaban de una cabina a otra. Estaban jugando en los denominados juegos en  red. El contenido del juego era violento porque decían:” mátalo, dispáralo…”  Estos niños, como otros, estaban asimilando esquemas negativos que no tenían que ver nada con el aprendizaje, con la formación cognoscitiva y emocional.

Estas experiencias no buenas  y otras más como  de niños y adolescentes que paran horas tras horas en el bacebook deben ser bien conocidas por los padres familia. Conocer amigos a través de esta red social no garantiza la calidad de amigos que pueda tener el niño  y adolescente. No garantiza que antes de ser buen amigo, resulta siendo un pervertido  que se hace pasar de niño o adolescente. Los padres deben no prohibir, sino chequearlos de cerca qué comunican sus hijos en el chat.  El tema está en no prohibirles, sino en saber enseñarles a administrar y “rentabilizar” la nueva tecnología, sobre todo las redes sociales.

Un niño emocionalmente destruido por el contenido de las redes sociales es difícil que asimile los aprendizajes no sólo impartidos en la escuela, sino  también en casa y en la interacción con los amigos del barrio. El profesor, los padres, deben observar el comportamiento de los menores. Muchas veces se muestran violentos, deprimidos y compulsivos a no dejar la computadora conectado al internet y éste a la red social del bacebook.

¿Cómo administrar el internet a los niños y adolescente en casa? No hay más regla que el mismo ejemplo. Es decir, si los padres paran horas tras horas en el internet, los hijos también lo van hacer. Si usan el tiempo prudencial, los hijos lo van a respetar. Lo mismo va hacer cuando el menor esté fuera de casa. Mucho tiene que ver la formación cualitativa en casa.