miércoles, 23 de marzo de 2011

Lo que un gobernante debe tene presente.

Desde tiempos atrás los reinos y los ámbitos palaciegos de los gobiernos nacionales y de los municipales han estado rodeados de aduladores que pululan en los pasadizos o las oficinas. Por ello los gobernantes deben saber elegir bien a las personas que lo acompañaran en el gobierno: a los ministros, a los gerentes, a los llamados asesores. No dejarse acompañar por personas que no le sumen en el gobierno. Muchas veces los gobernantes se equivocan en esta elección, como el que hizo el alcalde provincial de Cajamarca Ramiro Bardales Vigo en la primera elección de sus gerentes. Después tuvo que cambiar por otros más competentes.
Nicolás Maquiavelo, en 1532, se preguntó en “El Príncipe”: “¿Cómo puede un príncipe conocer al ministro?” Luego se responde: “He aquí un medio que no falla nunca. Cuando ves al ministro (gerente) pensar más en sí mismo que en ti, y que en todas sus acciones busca su provecho, piensas que ese individuo que así se comporta nunca será buen ministro, y nunca podrás fiarte de él: porque el que tiene tu Estado (gobierno) en su mano no debe pensar nunca en sí mismo, sino siempre en el príncipe (gobernante), ni recordarle nunca nada que no se refiera a los intereses de su Estado…” Sí bien Maquiavelo escribió su obra varios siglo atrás, pero sus principios políticos, que tendió las bases de la política moderna, funcionan en este tiempo. Tal vez el alcalde cajamarquino no aplicó este medio para elegir a sus hombres de confianza.
A apropósito de los aduladores, Maquiavelo recomienda de qué modo se debe huir de de éstos. Primero dice que los príncipes (gobernantes) no saben elegir a los aduladores que pululan en las cortes. De ahí el fracaso de sus gobiernos. La mayoría de los gobernantes de hoy se rodean de personas que no le gusta que le digan la verdad. Necesitan cerca de aduladores que le mientan. “No hay otro modo de guardarse de la adulación que hacer comprender a los hombres que no te ofenden cuando te dicen la verdad; pero cuando todos pueden decirte la verdad, te falta el respeto”, agrega Maquiavelo. Después continúa que un príncipe debe poseer un tercer medio para elegir a sus hombres que lo acompañaran en el gobierno: “Eligiendo en su Estado hombres sabios, y sólo a ellos debe dar libre arbitrio para que le digan la verdad, y sobre aquellas cosas que él pregunta, y no sobre otras…” Estos sabios no son más que los asesores que deben estar ideando estrategias y proyectos en el gobierno y aconsejando al gobernante. Pero como se vio, en la gestión municipal los asesores no funcionan.
El gobernante necesita consejos, para eso debe recibirlos de los asesores. Sólo debe escuchar a ellos y a nadie más, para luego tomar decisiones. No debe fiarse de los aduladores que en muchos casos son los hombres de prensa. Las decisiones lo toma el gobernante por consejo de sus asesores y no por lo que diga los periodistas en sus programas. Bardales actuó, en el cambio de sus gerentes, por lo que dijo la prensa. Sus asesores estuvieron ausentes. Sería bueno que también los cambie.
Así que, a propósito de la última baja de su gerente de comunicaciones y otros más, el señor Ramiro Bardales tiene que observar bien a sus gerentes si actúan para sí mismo o para él o el pueblo que lo eligió. Conversar con sus asesores y recibir consejos de temas que él crea conveniente.

1 comentario:

Stratego dijo...

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