Sin embargo los piquichones ya se colgaron del cuello de Goyo. Pero ¿por qué aceptá el flamante presidente regiónal? El artículo de Coco Cabanillas se refiere sobre el tema: con mucha pena y sorpresa observamos que la presión política para colocar al integrante del partido, al compañero, camarada o socio de la campaña política está primando en la designación de algunos funcionarios de confianza.
El acomodo y la politiquería vuelven con las nuevas autoridades. No se busca a los mejores técnicos y profesionales, sino a quienes son ayayeros, adulones o limpiababas para que acompañen a las nuevas autoridades.
Así, las gestiones -con seguridad- que caminarán directo al fracaso y descalabro y la población será la principal perjudicada.
No es posible que el sobrino recomiende al tío, el cuñado al esposo de la hermana, el padrino al ahijado, el tío a la esposa del sobrino, el empresario que aportó para la campaña imponga a los funcionarios de confianza.
Eso es un terrible engaño a la población que apostó por cada una de las nuevas autoridades, buscando una alternativa diferente para gobernar su jurisdicción.
Las autoridades tienen que entender que fueron elegidas para gobernar con técnicos y profesiones que garanticen una buena gestión y no con chupamedias, sobones y ayayeros a quienes pueden utilizar y manipular a su antojo.
Las instituciones del Estado son del pueblo y no sus propiedades en las que puedan hacer y deshacer de acuerdo a su regalada gana.
El acomodo y la politiquería vuelven con las nuevas autoridades. No se busca a los mejores técnicos y profesionales, sino a quienes son ayayeros, adulones o limpiababas para que acompañen a las nuevas autoridades.
Así, las gestiones -con seguridad- que caminarán directo al fracaso y descalabro y la población será la principal perjudicada.
No es posible que el sobrino recomiende al tío, el cuñado al esposo de la hermana, el padrino al ahijado, el tío a la esposa del sobrino, el empresario que aportó para la campaña imponga a los funcionarios de confianza.
Eso es un terrible engaño a la población que apostó por cada una de las nuevas autoridades, buscando una alternativa diferente para gobernar su jurisdicción.
Las autoridades tienen que entender que fueron elegidas para gobernar con técnicos y profesiones que garanticen una buena gestión y no con chupamedias, sobones y ayayeros a quienes pueden utilizar y manipular a su antojo.
Las instituciones del Estado son del pueblo y no sus propiedades en las que puedan hacer y deshacer de acuerdo a su regalada gana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario