martes, 18 de enero de 2011

A memoria de Josè María Arguedas



EL PENSAMIENTO ARGUEDIANO EN EL SIGLO XXI
Primero es bueno apoyar lo que el vicepresidente, Cèsar Aliga, del gobierno regional de Cajamarca anunció que, a partir del 18 de enero del presente año, actividades por el centenario del nacimiento de José María Arguedas. Gesto importante de reconocimiento a uno de los escritores que estudió y vivió el sentimiento del hombre andino. Grupo social maginado y explotado por el terrateniente en complicidad con la clase política.
Segundo, en esta parte, quiero referirme al pensamiento de Arguedas en la primera década del presente siglo. En un contexto socioeconómico y político diferente al que vivió el autor de Los ríos profundos. Identifiquemos primero el pensamiento que difundió Arguedas en sus obras y en sus estudios antropológicos. ¿Cuál fue ese pensamiento? Fue la valoración de la cultura andina que era amenazada por la cultura occidental y el ingreso del capitalismo en su primera etapa con el presidente Leguía. Y la reivindicación social y política del indio que era denigrado por los Mistis y terratenientes.
Después de diez años del siglo XXI, en un contexto en que los capitales de la inversión privada se encuentran ubicados en casi todo el territorio nacional, en que la economía ha crecido según las declaraciones de los gobernantes del gobierno aprista, en que los conflictos entre el capital privado(inversión minera) y las comunidades campesinas se recrudecen, en el que la presencia del Estado es cada vez más ausente, el pensamiento arguediano se expresa ya no en el indio de la época de los 20 y 50, sino en el campesino que defiende sus recursos naturales ante las mineras que destruyen paramos, lagunas y manantiales y desplazan campesinos comprando sus tierras que en muchos casos son agrícolas y ganaderas. Sin embargo, el capital es tan fuerte que termina sometiendo a la mayoría de los campesinos a través de estrategias. El conflicto ya no es entre el hacendado y el indio, sino entre la trasnacional protegida por los gobernantes del Estado y el campesino minifundista que construye una economía regional.
El pensamiento de Arguedas está ahí en las comunidades campesinas de los andes de hoy que representan a los antiguos ayllus de Yawar Fiesta. Con las movilizaciones de los últimos años contra las mineras y el Estado no hacen más que recordar la especie de corriente subterránea que emerge a la superficie para cambiar la situación social (en Los ríos profundos). Si bien los campesinos de hoy con sus comunidades y las movilizaciones no hicieron cambiar el sistema y el modelo, pero sí ha hecho, con esa corriente subterránea, respetar sus derechos. En el latifundismo no tuvieron derechos, pero hoy, en el liberalismo, sí lo tienen y los hacen cumplir con el diálogo o la fuerza.
Si con El sueño del Pongo, Arguedas no sólo anhelaba justicia para el indio, sino revertir las cosas y burlarse del Misti, del hacendado y de la oligarquía peruana. Hoy, después de la Reforma Agraria, después de una fuerte presencia del capitalismo, el campesino no se burla del Estado aliado del capital, sino le pide al estado que realice su papel regulador, su neutralidad. De modo que el pensamiento de Arguedas no es una utopía arcaica, como lo explicó Vargas Llosa, sino es una utopía moderna que, a partir de categorías locales, regionales, se puede llegar a la modernidad, sin vulnerar los derechos primordiales de los hombres que profesan diferentes ideologías.
En los cien años del nacimiento de José María Arguedas, se realizan actividades culturales en todo el Perú y en países que lo quieren y valorar su obra. En Cajamarca, lamentablemente, el gobierno regional, ha realizado una exposición de fotos acinadas sin el nombre del que aparece en la foto. Cajamarca fue el departemente donde los campesinos indígenas, en la decada de los 50, sufrió represión del Estado de turno y los terratendientes por exigir sus derechos.

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