Hace siete años los cajamarquinos hicieron retroceder a la empresa minera más grande de Sudamérica, Yanacocha. Ésta intentaba explotar el cerro Quilish considerado, por los pobladores, fuente de recurso hídrico que abastece de agua no sólo a los campesinos, sino a la población de Cajamarca. Campesinos y citadinos se armaron con las armas de la verdad y derrotaron a la trasnacional minera. Yanacocha y el poder político, ante la movilización jamás registrada en la historia cajamarquina, tuvieron que refugiarse en sus respectivos espacios. El primero dijo que cambiaría de actitud sin embargo los altos funcionarios seguían pensando en explorar el Quilish; el segundo no tuvo otro derrotero que suspender la resolución de exploración del cerro valioso de los cajamarquinos.
Un 02 de setiembre del 2004, los campesinos de las comunidades de Porcón, Huambocancha Alta, Huambocancha Baja y otras comunidades campesinas, sin apoyo de las autoridades que de alguna manera mostraban complicidad con el poder económico, se inmolaron frente a los policías del Estado que defendían a la empresa minera y frente a la seguridad privada de la empresa minera. En ese enfrentamiento heroico cayó herido Luis Soto, un campesino de la comunidad de Huanbocancha Baja que actualmente se encuentra postrado por una bala que le perforó una pierna. Junto a él muchos campesinos entre hombres y mujeres fueron golpeados cruelmente por los policías. La revista Dignidad Regional, ya desaparecida, único medio alternativo que defendía los derechos de los campesinos y cuestionaba los abusos de la empresa minera, escribió sobre el campesino caído en esa oportunidad: “Los campesinos contaba sus heridos 4, 5, 6. Uno tiene la pierna baleada”.
Luego del 02 de setiembre de ese año, día en que los campesinos fueron masacrados, el 08 del mismo mes la población urbana comenzó a concentrarse en la plaza principal para mostrar solidaridad y apoyo a los campesino que habían sido golpeados y baleados cerca del Quilish. Ese día, después de varios días de silencio, las autoridades abrieron la boca. Dijeron que defendían el Quisih y no permitirían que lo exploten. Uno de ellos, el alcalde, quien habían recibido dinero de la empresa minera para realizar estudios de maestría, dijo que estaba con los campesinos y el pueblo. Los jóvenes estudiantes universitarios, ante tan grande inmoralidad, le tiraron dinero por la cara para que se acuerde de los cajamarquinos y nunca más los traicione. Después quiso volver a ser alcalde, pero el pueblo le dijo: ¡no! En las urnas. En esa oportunidad los gritos a garganta hinchada eran: "El Quilish no se vende, el Quilsh se defiende. Vamos pueblo carajo, el pueblo no se rinde carajo”. Estas expresiones no sólo habían sido captadas por la radio y la televisión, sino que también la revista Dignidad Regional lo habían hecho. El día 15 Cajamarca había paralizado. Un mitin en defensa del Quilish y repudio contra la minera por la masacre de los campesinos se desarrolló. Nadie había quedado en casa. Todos estaban en la plaza principal. Hasta los niños de las escuelas fiscales estaban en las calles.
Luego de varios días de paro, con las carreteras bloqueadas por los campesinos como protesta hasta que se anule la explotación del Quilish, la normalidad llegó. La resolución de la no explotación ya había salido. Cajamarca había triunfado. Había hecho retroceder a la empresa minera más poderosa de América del Sur y a sus autoridades cómplices.
Hoy 02 de setiembre del 2011, ante pretensiones de la trasnacional de querer entrar al Quilish, los cajamarquinos recuerdan, con actividades, los 07 años en que los cajachos tanto del campo como de la ciudad se inmolaron en defensa de su única fuente acuífera y, con amargura y dolor, rechazan la felonía, complicidad y traición de las autoridades de entonces y de la prensa sumisa a la minera. “El Quilish no se toca ni hoy ni nunca, carajo” decía Heriberto Ventura Castregón. Un recio campesino de Tual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario