El gobernador de Cajamarca, Ever Hernández, a través de la prensa local ha declarado que
gestionará al gobierno central la realización de una sesión de Concejo
de Ministros en la ciudad del Cumbe lugar donde se desató uno de los
conflictos sociales más grande que hizo tambalear al gobierno de turno. La
pregunta que surge es ¿Harán caso al joven gobernador nacionalista en la PCM?
La primera impresión general es que Ollanta no se atreverá a venir a Cajamarca
porque no querrá vivir un desprecio popular más a pesar de las últimas
protestas del 27 y 28 de julio que vivió.
Los asesores de Ollanta aconsejarán al mandatario que no es
posible la realización de un concejo de ministros por razones políticas y
coyuntura social. Primero, políticamente, el nacionalismo, en Cajamarca, es
totalmente débil, no existen militantes salvo el mismo gobernador Hernández. El
conflicto Conga y la actitud de Ollanta, dejando lado sus promesas con
Cajamarca, han hecho que los militantes nacionalistas desierten del proyecto
nacionalista que llegó al poder con el
apoyo de las fuerzas populares y algunos técnicos progresistas. El gobernador,
antes de pedir una sesión de Concejo de Ministros
en Cajamarca, lo primero tiene que hacer es fortalecer sus bases partidarias empero se ha convertido en una autoridad sin
liderazgo y al extremo repudiado. El gobernador debe entender que la
realización de un Concejo de Ministros descentralizado no sólo basta que se
trasladen los ministros y un grupo de policías, sino además debe tener respaldo
partidario y popular. La verdad de las cosas, no lo tiene.
Segundo, socialmente, Cajamarca está dolido por todo lo
sucedido en el último conflicto de Conga. Hasta el momento no hay responsables
de las personas que murieron en Celendín y Bambamarca y, en todo momento, los
familiares y los organismos defensores de los derechos humanos, han reclamado
al gobierno de turno identificar y castigar a los responsable de la muerte de
esas personas. Pero el gobierno nacionalista no lo ha hecho. Así que, si
Ollanta viene a Cajamarca a realizar su sesión descentralizada, sin duda le
esperará protestas y descontentos de la Cajamarca dolida socialmente. El joven
gobernador olvida que Cajamarca aún no cicatriza la herida profunda que le hizo
el nacionalismo que pregonó Ollanta Humala que hoy lo maneja la derecha y los
poderes fácticos.
Además, ¿qué han significado la realización de Concejos de
Ministros descentralizados? El analista Carlos Monge de Desco dice que “eso es
una burla. Me voy con los ministros y me reúno en Juliaca. ¿Qué tiene que ver
eso con la descentralización? No necesito llevar a los ministros para saber que
en Juliaca falta agua y desagüe. Se necesita un viceministro que sepa donde
está el problema. Es un show que se parece a lo que hacía Fujimori”.
Cajamarca
está cansada de espectáculos y engaños por quienes les prometieron cambios. La
reacción del conflicto Conga es una muestra de ello. La descentralización va
más allá de las meras sesiones en provincias, significa descentralización
fiscal, económica. Cosa que el ejecutivo
no lo quiere hacer. Además es un problema que tiene un amplio pasado histórico:
se miró al Perú desde Lima.
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