Cuerpo de Fidel Flores Vásquez en entierro |
La vida de don Fidel
Flores Vásquez terminó en el momento que defendía su hogar y el de su
familia. Un proceso judicial, que venía de muchos años atrás, lo llevó a tomar una
medida: defender su casa con lo que tenía a su alcance. ¿Cuán irregular fue el
proceso? No se conoce a fondo, pero terminó con resultado trágico que los
cajamarquinos continúan condenando y exigen justicia con la familia afectada.
Momentos antes que dispararan a don Fidel, éste suplicaba a
las autoridades: policía y jueza, Nancy Araujo Cachay, que no lo desalojaran.
Pero las autoridades no hicieron caso a la súplica del humilde padre de
familia. La autoridad judicial, en todo momento, se mostraba imperante de
ejecutar la medida sin prevenir lo que venía después: la muerte horrenda de don
Flores Vásquez.
Las imágenes, que captaron los periodistas locales de
Cajamarca, fueron vistos en las redes sociales unas horas después de la
tragedia. No solo vistos en el Perú, sino en todo el mundo. La brutalidad como
actuó la policía se notó en todo momento, brutalidad que representa a un Estado
que a cada momento se deslegitima, brutalidad que identifica a una institución
que tiene en su seno el país llamado Perú. Lo que cometieron contra el humilde
padre fue brutalidad salvaje en pleno siglo XXI.
No fue una película ficcional cuyo escenario tenía la azotea
de la casa de don Fidel, sino era un hecho real que el mundo entero,
seguramente, se asombraba e indignaba al
ver lo que sucedía en el Perú y en Cajamarca. Fidel Flores Vásquez aparece defendiéndose con
ladrillos y piedras para que la policía no pueda ingresar en su casa. Los
policías insisten en ingresar, pero se muestran incompetentes para poder
reducir a un solitario hombre que no quiere que le quiten su casa. Estrategias
y tácticas de desalojo que no perjudiquen a la vida de las personas le faltaba
a la policía.
Entre bombas lacrimógenas y gritos de las personas que están
cerca, se ve el disparó de una escopeta
de las manos de un policía que se encuentra a escasos metros de Fidel
Flores que está en la azotea. Éste cae
de espaldas y comienza a sangrar su cuerpo. Uno de sus familiares corre a
socorrerlo pero es golpeado brutalmente por más de cinco policías que ya habían
subido. Lo indignante es que don Fidel, moribundo, también fue pateado por
salvajes uniformados. En un costado se desangraba sin que nadie pueda hacerlo
algo para socorrerlo. Aparece una señora
de edad, es la esposa del herido, pretende ayudar a su esposo, pero es,
también, pateada por los policías que se comportan como asesinos.
En tanto, en la calle, otras personas son golpeadas y
pateadas por los policías. La violencia originada por la policía peruana no
cesa. Después de unos minutos, don Fidel Flores Vásquez, cargado y moribundo,
es trasladado por sus familiares a una camioneta para trasladarlo al hospital
cercano, pero ya no soporta más, a los pocos minutos deja de existir. Las
autoridades peruanas, que se suponen que
deben establecer el orden y la ley, lo asesinaron.
Ya por la noche del viernes 31 de enero, los vecinos y la
población de Cajamarca indignados, con ataúd en hombros, son trasladados a la sede de la Divincri para
protestar por tan horrendo asesinato cometido por la autoridad y, además, pedir
la libertad de los familiares detenidos del fallecido. El dolor y la
indignación habían vuelto a Cajamarca después de las cinco personas asesinadas
en el conflicto Conga.
El día domingo, a las
dos de la tarde, aproximadamente, el féretro de don Fidel, se dirigió al
cementerio general de Cajamarca, pero antes, se apostó frente a la Primera Comisaría
de Cajamarca para rechazar el crimen cometido por esta institución. La
indignación de la población volvió a notarse, intentaron arrojar piedras contra
la policía, pero la prudencia reinó en ellos. Se retiraron con dolor.
En tanto, mientras el féretro se desplaza por las calles de
Cajamarca, se conoció que el Juez Eduardo Uceda Flores, quien meses antes había
metido preso a cinco ronderos urbanos,dejaba
libre al policíaNorvi Gonzales Silva quien disparó contra el humilde padre de
familia. No había dictado Prisión Preventiva a pesar de existir las pruebas
evidentes. La injusticia, una vez más, se hizo presente.
Para el lunes, la primera autoridad de la Corte Superior de
Justicia de Cajamarca, Oscar Vasquez Arana, a través de los medios aseguraba que la Juez Nancy Araujo
Cachay ha sido separada del cargo y que será investigada. Del mismo modo el
juez Eduardo Uceda Flores será investigado
por la OCMA. Pero, los hijos de don
Fidel Flores Vásquez, el mismo día anunciaron una movilización con intención de que se haga justicia con
ellos.
Sobre el asesinato, nadie se responsabilizaba. La juez acusaba
a la policía, ésta a aquella. Un
asesinato empezaba a quedar impune.
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