La semana pasado se hizo público el Frente de Izquierda con miras a las
elecciones generales del 2016. En esa izquierda se han reunido aquellos que
fueron botados del barco ollantista que después tomó el camino del continuismo,
también se encuentra aquel izquierdista que, convertido en servidor del
alanismo en su segundo gobierno, tuvo responsabilidad en el baguazo donde
murieron civiles indígenas y policías,
este “izquierdista” es el dueño de la carpa donde se alojarán los denominados
progresista moderados. Yehude Simon es el dueño de la carpa izquierdista.
Ahora se autodenominan de
izquierda moderada, de centro izquierda. De centro izquierda es ahora un
empresario que muy bien se acomoda en aquellos movimientos progresistas, me
refiero a Salomón Lerner el que dijo que
Conga puede ir y que, luego, cayó como primer ministro de Ollanta en el
conflicto. Un frente de izquierda, que huele a continuismo, se ha hecho público
con la intención de llegar al poder. Un frente donde están dirigentes
sindicales, viejos y legendarios dirigente de Patria Roja. Un frente de
izquierda que huele a chicharón aguardado pero que se diferencia por sus
peculiares olores.
^¿Cuánto tiempo va durara ese
Frente de Izquierda? No lo sabemos pero sí no mucho. Ante los candidatos de derecha
como son Alan García y Keiko Fujimori y otros menores, han comenzado ha
reciclarse de manera desesperada los izquierdistas que sirvieron al continuismo.
Han dicho que no es una presentación, sino un llamamiento a las demás
organizaciones progresista a unirse para enfrentar a la derecha en las próximas
elecciones. Pero no todos han acudido. No estuvo presente Tierra y Libertad a
cuyo dirigente Marco Arana lo han acusado de dividir a la izquierda en el Perú.
Santos Guerrero, a través de una carta, desde prisión, se ha quejado, de alguna
manera, sobre el destino de la izquierda. Ha tratado de decir que intentan
desaparecer a la izquierda, que si no se unen la derecha los desaparecerá.
Santos y los demás sectores progresista deben entender que la izquierda
no necesita que alguien lo liquide políticamente hablando, prácticamente se
encuentra liquidada no por factores externos, sino por actitudes y gestos de
los mismo actores que dicen ser de izquierda. La derecha no tiene la difícil
tarea de liquidar a la izquierda porque ésta se encuentra desaparecida. No
existe, ya lo han dicho hasta el cansancio los politólogos, como organización
fuerte que agrupe a las organizaciones sociales y campesinas en el Perú. Ahora
existe una variedad de izquierdistas que unos terminan aliados con gobiernos de
derecha y otros perseguidos, denunciados y encarcelados.
¿Sólo la unidad salvará a la izquierda? Desde procesos electorales
pasados se ha venido hablando de la falta de unidad en la izquierda en el Perú.
El problema no es la unidad, ya lo han mostrado que se unen para dar el mensaje
que están unidos. La ruptura empieza cuando las facciones de izquierda, que
tienen sus respectivos “líderes”, quieren imponer a su líder candidato de toda
la izquierda. Comunistas, socialistas, de Patria Roja, Ciudadanos por el
Cambio, Tierra y Libertad… se pueden unir pero no logran consensuar liderazgo. Unos,
como se han dicho entre ellos, no tienen autoridad moral y otros son muy
radicales. Es decir, mientras que ellos se destruyen a su interior, la derecha
gobierna con el que se presentó como izquierdista y nacionalista.
Si la izquierda pretende el poder y de este modo gobernar no tiene otro
camino que examinar lo siguiente: “Una civilización no es conquista desde fuera
hasta que ella misma se destruye desde adentro”.
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