Sin duda, ha cambiado la manera de educar a medida que pasa el tiempo.
La formación de los niños y adolescentes, en comparación al siglo pasado, es
sumamente delicado. No sólo por la presencia del boom tecnológico, sino por la
manera cómo éste puede determinar en la
formación cognoscitiva y emocional del futuro ciudadano. Mucho tiene que ver la
familia y la escuela. Sobre todo la familia como “célula fundamental de la
sociedad”.
Mucha razón tiene Fernando
Sabater, filósofo italiano, al decir que “el
niño tiene que educarse ahora para aprender a distinguir la calidad de estos
materiales, porque lo que está claro es
que los niños van estar sumergidos en el internet, no tiene vuelta de hoja, no
vamos a volver atrás, así que no tiene sentido protegerle del que será su
hábitat para obligarle a que escuche a la abuelita. Así que estamos obligados a
aprender cómo rentabilizar estos medios a favor de la educación y del
ciudadano”.
Cuando Sabater dice “cómo
rentabilizar estos medios a favor de la educación y del ciudadano”, no hace
otra cosa que llamar la atención a los padres de familia y a los educadores a
saber cómo enseñar a utilizar el internet y
lo que contiene en sus páginas electrónicas. Cómo enseñarles a utilizar
la buena información y a rechazar los contenidos e información malévolas que
puede hacer daño el crecimiento emocional del niño y del adolescente.
En una oportunidad ingrese a unas cabinas de internet públicas con la
intención de revisar mi correo, me encontré con un buen grupo de estudiantes
entre niños y adolecentes que gritaban de una cabina a otra. Estaban jugando en
los denominados juegos en red. El
contenido del juego era violento porque decían:” mátalo, dispáralo…” Estos
niños, como otros, estaban asimilando esquemas negativos que no tenían que ver
nada con el aprendizaje, con la formación cognoscitiva y emocional.
Estas experiencias no buenas y
otras más como de niños y adolescentes
que paran horas tras horas en el bacebook deben ser bien conocidas por los
padres familia. Conocer amigos a través de esta red social no garantiza la
calidad de amigos que pueda tener el niño
y adolescente. No garantiza que antes de ser buen amigo, resulta siendo
un pervertido que se hace pasar de niño
o adolescente. Los padres deben no prohibir, sino chequearlos de cerca qué
comunican sus hijos en el chat. El tema
está en no prohibirles, sino en saber enseñarles a administrar y “rentabilizar”
la nueva tecnología, sobre todo las redes sociales.
Un niño emocionalmente destruido por el contenido de las redes sociales
es difícil que asimile los aprendizajes no sólo impartidos en la escuela,
sino también en casa y en la interacción
con los amigos del barrio. El profesor, los padres, deben observar el
comportamiento de los menores. Muchas veces se muestran violentos, deprimidos y
compulsivos a no dejar la computadora conectado al internet y éste a la red
social del bacebook.
¿Cómo administrar el internet a los niños y adolescente en casa? No hay
más regla que el mismo ejemplo. Es decir, si los padres paran horas tras horas
en el internet, los hijos también lo van hacer. Si usan el tiempo prudencial,
los hijos lo van a respetar. Lo mismo va hacer cuando el menor esté fuera de
casa. Mucho tiene que ver la formación cualitativa en casa.
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