Hace casi 200 años, desde de la península ibérica, llegó a la América indígena un instrumento de comunicación que se convirtió, durante el periodo de la Conquista y la Colonia, en el medio de sometimiento y dominación. Ese instrumento fue El Castellano. El 15 de noviembre de 1532, en la plaza principal de Cajamarca, se escucharon las primeras expresiones de esa lengua venida de ultramar. El hijo del Huayna Capac, Atahualpa, y los miles de indígenas caxamarcas no entendieron absolutamente nada las expresiones que pronunciaban los hombres blancos y barbudos. Los sometidos por el monarca inca, por el contrario, creyeron que habían llegado personas enviadas por los dioses para salvarlos y librarlos del dominio imperial inca. Se equivocaron.
El Castellano, unas de las lenguas romance derivado del Latin, comenzó a tener contacto con el Runasimi lengua oficial del Tahuantinsuyo y las lenguas menores de los sometidos. De esta manera el idioma de Cervantes comenzaba a escucharse en las primeras expresiones de una lengua no exclusivamente de Francisco de Quevedo, sino en expresiones de una lengua mestiza. Es decir, una lengua de los peruanos, el Castellano peruano.
El 23 de abril se celebra el día del idioma Castellano, lengua que se habla en casi toda la región Latinoamericana. En pleno siglo XXI, el Castellano de los peruanos, con variaciones ya se diastrática y diatópicamente, se ha convertido en el medio de comunicación que se ha extendido a los diversos niveles de la vida social y académica. Sin embargo, antes de enriquecerla, cada día la vamos empobreciendo. Los mismos usuarios y centros académicos y los medios de comunicación contribuyen a que la lengua ya no de Cervantes, sino de los peruanos y dentro de ellos de los cajamarquinos y dentro de ellos de los celendinos o bambamarquinos, cada día deje de fortalecerse como lengua oficial. Tenemos la suerte que el Castellano es una de las lenguas más habladas en el mundo y en una de las lenguas que más publicaciones literarias se realizan, empero los usuarios de de esta lengua no leen ni medio libro. La lectura de buenos textos enriquece una lengua. Ya en las escuelas y colegios la lectura ha quedado de lado. Peor aún en casa ni siquiera se lee un buen diario o libro. Una lengua se empobrece cuando se deja de leer.
Socialmente hablando, el Castellano de los peruanos ha dejado de ser instrumento de sometimiento y dominación, al mismo estilo de inicios de la colonia, para convertirse en medio para agredir e insultar a otras personas que no comparten los mismos pensamientos. Ya no es instrumento de marginación, sino medio de agresión. Cada día, con el afán de defender los intereses de un sistema de vida, de un sistema económico, las personas utilizan expresiones que atacan y hieren a otras personas. Por ejemplo los limeños dijeron a los cajamarquinos que son imbèciles, radicales e ignorantes por tan sòlo defender sus aguas. A veces, las personas agredidas formatean sus cerebros y vuelven a agredir con los mismo terminos. Si en la Edad Media las espadas y lanzas brillaban en el campo de batalla, hoy las palabras punzantes brillan en el campo del insulto y la agresión.
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