La misma estrategia, dar MIEDO, es lo que vuelve aplicar el gobierno de Ollanta en las provincias de Celendín, Bambamarca y Cajamarca a donde se han traslado militares y policías a pocas horas de revelarse los resultados de los peritos internacionales. Es indudable que desplazar militares y policías y dentro de estos Sinchis no tiene otro camino que imponer un proyecto minero que no tiene licencia social y cuestionado técnicamente. Es indudable que el actual régimen comienza a dejar de ser democrático para convertirse en autoritario y represor. Ha comenzado con la represión del miedo, es decir, guerra psicológica. ¿Por qué militares por doquier, si durante la primera etapa de protesta del año pasado cajamarquinos no mostraron actos de violencia salvo de las balas de los policísas que hirieron a campesinos en las lagunas? Es que el objetivo del actual gobierno no es velar por la vida de los comuneros que se encuentran en las cuencas que serán afectadas, sino que llevar adelante un proyecto minero que provocará desastres ambientales según los estudios independientes. Así que, de la Colonia y las viejas sociedades, que aplicaron el miedo para someter a los que reclamaban sus derechos, el Ejecutivo y Valdés han tomado la experiencia para lograr su objetivo: llevar adelante Conga. Las horas y los días que quedan revelarán lo que pueda suceder en Cajamarca. Seremos testigos de la sangre derramada del movimiento social o dirigentes detenidos y encarcelados. Hoy inician las protestas sociales pacíficas. Gobierno regional de Cajamarca presentó nuevo informe de español que revela las razones por qué Conga es inviable.
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