Santos Guerrero |
¿Santos Guerrero, ex presiden de la región Cajamarca,
realmente, se encuentra inmerso en su propio laberinto y sin salida? Sus enemigos,
que van desde periodistas pasando por autoridades del gobierno central hasta alto directivos de
las trasnacionales extractivistas, sin duda, casi celebran a grandes voces su
encarcelamiento. Mientras que, por otro
lado, otro sector social que comprende el campesinado que se siente amenazado
por las actividades mineras, lo considera
como la autoridad defensora del
agua. Dos fuerzas pugnan ante "Goyo": los que lo quieren ver en la cárcel y los que lo consideran un líder que salió en defensa de los que lo eligieron como presidente regional.
Con el conflicto Conga, luego que la población en multitud
lo presionara a que se una a la gran protesta contra una empresa minera que ya
había ocasionado serios problemas a los cajamarquinos, Santos se había
convertido en la autoridad que respondió al llamado de un pueblo que lo había
elegido. Se convirtió no solo en la autoridad, sino en un líder potencial con
amplias posibilidades de lograr la reelección como autoridad regional. El
respaldo popular le era alto. Y ahora, encarcelado, las cosas, al parecer, en nada a cambiado.
Santos sabía muy bien que se había enfrentado al gobierno
central y a uno de los poderes fácticos
económicos más fuertes en el mundo, la Newmont.
El ejecutivo, que ya había dejado de ser nacionalista y progresista, no
le perdonó y, como tiene el poder político sobre las instituciones que controla,
lo ha encarcelado hasta pretender desaparecerlo del espacio político.
Es evidente, a
pesar de los presuntos actos de corrupción, que Santos está pagando una
venganza política. Si no hubiese salido ante el llamado del pueblo que se
levantó contra el proyecto Conga, ahora no estuviese encarcelado, no se
conociera los presuntos actos de corrupción en Prorregión. Nada hubiese pasado.
Pero como hizo todo lo contrario lo que quería el ejecutivo y la trasnacional
minera, continuará sin libertad.
Así que, Goyo, por unirse a la gran protesta que iniciaron
los cajamarquinos contra un proyecto minero que, técnicamente, es destructivo,
construyó su propio laberinto. El laberinto que también construyó sus propios
seguidores y algunos funcionarios que eligió. Ese laberinto hoy lo tiene encerrado. No
porque esté encarcelado, sino por las personas que lo rodean y lo condujeron
por ese laberinto que tiene pasadizos oscuros que hoy está pagando por
presuntos actos de corrupción. A la construcción de ese laberinto también
contribuyeron el empresario Vallejos,
quien recibió más de diez proyectos en su favor, y los otros funcionarios
presos y algunos prófugos de la justicia. Al parecer ese laberinto no tiene
salidas.
Si Santos logra demostrar que jamás recibió dinero de los
empresarios que ejecutaron proyectos en
la región, en ese laberinto, que el mismo construyó y sus funcionarios,
aparecerá una salida no solo para su libertad, sino para su libertad política.
Será un candidato potencial. Pero si es todo lo contrario, es decir, que sí
recibió dinero y además sus funcionarios, su carrera política se complicaría.
La corrupción, en el Perú, tiene raíces históricas. Las
autoridades deben entender que este problema moral se encuentra inmerso tanto
en la derecha como en la izquierda progresista. Y en el Perú se investiga la
corrupción solo cuando chocas con el poder central y su aliada el poder factico
económico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario