La Gran Marcha por el Agua se acerca a la capital limeña. Los pueblos no solo cajamarquinos sino de todo el Perú, cual riachuelos, a medida que pasan los días, van formando ya un inmenso río que desembocará en la gran capital. Esta marcha, que tuvo su origen en las lagunas amenazadas por el proyecto Conga, ha permitido que se desencadene la ofensiva del poder político y fáctico contra un pueblo que, desde fines del año pasado, decidió poner límites a una empresa minera irresponsable. Ese pueblo se llama Cajamarca.
Un sector del poder fáctico, representado en los “grandes medios de comunicación” nacional como la radio, la TV y los medios impresos, inyectados económicamente por el poder fáctico económico, ha comenzado a bombardear publicidad millonaria en torno al tema de Conga. Con el mensaje publicitario no solo intentan impregnar en el cerebro de los cajamarquinos, sino de todos los peruanos que la minería es la salvación del Perú. Como pensaron que el guano y el salitre salvarían al Perú en los inicios de la República. Como piensa la misma derecha de hoy, bruta y achorada, que la minería sacaría de la pobreza a Cajamarca y el Perú. Empero el Perú se sigue jodiendo. Este poder es que le ha declarado la ofensiva a los cajamarquinos
La publicidad millonaria, que no circula en los medios locales de Cajamarca_ que sobreviven de publicidad estatal local y comercial que no es suficiente para pagar a sus periodistas_ ha sufrido su primer tropiezo: los cascos mineros rodaron por el piso de los medios. Los cascos mineros, que aparecían en toda la primera pauta publicitaria_ antes de convencer y manipular producían cansancio en la retina del consumidor_ han sido reemplazados por caras de peruanos. Pero la desesperación del poder económico se evidencia más. Hablando de prensa local, no faltan por ahí los medios y periodistas (radio, TV, medios impresos) que hacen el patio trasero de la gran prensa limeña.
Ante tan millonaria arremetida, los cajamarquinos contraatacan, estratégicamente, con la Marcha por el Agua que terminará, en su primera etapa, en una gran movilización el día 10. La ofensiva por ambos lados no cesa. Por un lado la ofensiva tiene plata pero le falta cerebro. Por el otro lado, la ofensiva no tiene plata pero tiene estrategia definida. Actividades coherentes que no muestran desesperación
El otro sector del poder fáctico, representado en los gremios empresariales sobre todo en el minero, aliado con el poder político, ha emprendido la tarea de capturar a las organizaciones cajamarquinas para convertirlas en parte de su comparsa. Capturar festividades de carácter popular para ponerlos a sus intereses. De este modo, también, tumbarse las movilizaciones cajamarquinas que piden cese a la minería irresponsable como actividad económica prioritaria. Por ello no es casual que el gremio empresarial cajamarquino, misma oficina de comunicaciones del poder económico minero, sea un aliado contra la arremetida de un pueblo en movilización.
¿Y el poder político? Capturado del cuello por los poderes fácticos. Convertido en enemigo de un pueblo que llevó al poder a sus gobernantes. Convertido en un aliado de los otros poderes que, en la sombra, idean acciones y emprenderlo contra Cajamarca.
Así que la ofensiva de los poderes fácticos, que tiene del cuello al poder político en sus niveles de gobierno, contra un pueblo del Perú profundo (Cajamarca) es evidente. Es destruir toda movilización y si es posible a los que dirigen las protestas. La arremetida anunciada antes de llegar a un buen puerto, podría terminar en un baño de sangre. Y el Perú, antes de mejorar, continúa jodiéndose.
Un sector del poder fáctico, representado en los “grandes medios de comunicación” nacional como la radio, la TV y los medios impresos, inyectados económicamente por el poder fáctico económico, ha comenzado a bombardear publicidad millonaria en torno al tema de Conga. Con el mensaje publicitario no solo intentan impregnar en el cerebro de los cajamarquinos, sino de todos los peruanos que la minería es la salvación del Perú. Como pensaron que el guano y el salitre salvarían al Perú en los inicios de la República. Como piensa la misma derecha de hoy, bruta y achorada, que la minería sacaría de la pobreza a Cajamarca y el Perú. Empero el Perú se sigue jodiendo. Este poder es que le ha declarado la ofensiva a los cajamarquinos
La publicidad millonaria, que no circula en los medios locales de Cajamarca_ que sobreviven de publicidad estatal local y comercial que no es suficiente para pagar a sus periodistas_ ha sufrido su primer tropiezo: los cascos mineros rodaron por el piso de los medios. Los cascos mineros, que aparecían en toda la primera pauta publicitaria_ antes de convencer y manipular producían cansancio en la retina del consumidor_ han sido reemplazados por caras de peruanos. Pero la desesperación del poder económico se evidencia más. Hablando de prensa local, no faltan por ahí los medios y periodistas (radio, TV, medios impresos) que hacen el patio trasero de la gran prensa limeña.
Ante tan millonaria arremetida, los cajamarquinos contraatacan, estratégicamente, con la Marcha por el Agua que terminará, en su primera etapa, en una gran movilización el día 10. La ofensiva por ambos lados no cesa. Por un lado la ofensiva tiene plata pero le falta cerebro. Por el otro lado, la ofensiva no tiene plata pero tiene estrategia definida. Actividades coherentes que no muestran desesperación
El otro sector del poder fáctico, representado en los gremios empresariales sobre todo en el minero, aliado con el poder político, ha emprendido la tarea de capturar a las organizaciones cajamarquinas para convertirlas en parte de su comparsa. Capturar festividades de carácter popular para ponerlos a sus intereses. De este modo, también, tumbarse las movilizaciones cajamarquinas que piden cese a la minería irresponsable como actividad económica prioritaria. Por ello no es casual que el gremio empresarial cajamarquino, misma oficina de comunicaciones del poder económico minero, sea un aliado contra la arremetida de un pueblo en movilización.
¿Y el poder político? Capturado del cuello por los poderes fácticos. Convertido en enemigo de un pueblo que llevó al poder a sus gobernantes. Convertido en un aliado de los otros poderes que, en la sombra, idean acciones y emprenderlo contra Cajamarca.
Así que la ofensiva de los poderes fácticos, que tiene del cuello al poder político en sus niveles de gobierno, contra un pueblo del Perú profundo (Cajamarca) es evidente. Es destruir toda movilización y si es posible a los que dirigen las protestas. La arremetida anunciada antes de llegar a un buen puerto, podría terminar en un baño de sangre. Y el Perú, antes de mejorar, continúa jodiéndose.
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