La marcha por el agua se inició en las alturas donde se encuentran las lagunas amenazadas por el proyecto Conga. En esa zona donde la empresa minera es ya la propietaria, la marcha tuvo su primer obstáculo porque la seguridad privada de la empresa restringió el ingreso a los pobladores para que realicen ceremonia de agradecimiento a las lagunas. Mientras se daba la ceremonia, la policía con armas en mano, custodiaban de cerca a los comuneros esperando que den un paso en falso y de esta manera ser reprimidos. Pero la paz y la prudencia en los campesinos fueron primero.
Ya en Cajamarca, a partir de las seis de la tarde del día 01 de febrero, la población citadina comenzó a concentrarse en la plaza principal para recibir a los campesinos de El Tambo, Sorochuco, Huasmín, Bambamarca… Un nuevo obstáculo: el alcalde provincial Ramiro Bardales Vigo volvía a mostrarse en contra de la defensa del agua y la vida. En contra de los pueblos afectados por la minería. No había dado permiso para que en la plaza principal se desarrolle actividad cultural como recibimiento a los campesinos que venían de las lagunas. Sin embargo, con ayuda de la no presencia de la lluvia, el recibimiento se dio de todas maneras. Cientos de citadinos, a pesar de la noche, se concentraron en la plaza principal.
Al siguiente día 02 de febrero, a las ocho de la mañana, la población cajamarquina, espontáneamente, se reunieron en el Arco del Triunfo para realizar la Marcha de los Cántaros. Estuvieron presentes también los campesinos llegados de las provincias la noche anterior. Luego de la concentración, miles de personas recorrieron las calles rechazando el proyecto minero Conga con pancartas en mano y banderitas rojas y blancas. Al paso por las calles, recibían aplausos de las personas que se encontraban en sus tiendas y las casas.
A promediar las once de la mañana, a un costado de la Iglesia de San Francisco el padre Marco Arana se dirigió a los miles de personas para decirles que la marcha tiene cuatro objetivos: prohibir la minería en cabecera de cuenca, prohibir el uso de cianuro en las actividades mineras, defensa de la Ordenanza Regional 036 y el agua es un derecho humano. En seguida el sacerdote de la iglesia realizó la bendición no solo a los cajamarquinos, sino a los que marchan a la “Lima la horrible” donde el centralismo es tan igual que en el siglo pasado. Luego de la oración del pastor Alonso, la población se dirigió hacía Aylambo donde despidieron a los que iban en la marcha con dirección a la costa. La policía, de cerca, no dejaba de custodiar a los manifestantes quienes, hasta ese momento, se habían comportado en paz y tranquilidad. A las dos de la tarde, los cajamarquinos que se quedaban despedían con abrazos a los campesinos y al padre Marco Arana.
Una vez más, luego de la protesta del mes de diciembre del año pasado, miles de cajamarquinos demostraron a la empresa minera que no se habían cansado en defender el agua y la vida y la inviabilidad del proyecto Conga. Una vez más el alcalde provincial se había mostrado en contra de la mayoría de los cajamarquinos haciendo caso a los concejos de sus asesores, quienes le aconsejaban que tiene que estar con el agua pero necesita obras del gobierno central. No saben sus asesores que un gobernante no puede estar con dios y con el diablo. Tiene que decidirse por uno. O como dice Maquiavelo en el “Príncipe”, un gobernante no debe tomar una posición neutral, tiene que decidir por uno de los dos lados.
La Gran Marcha por el Agua, sin duda, abre un nuevo camino: el cuestionamiento al modelo económico basado en el estractivismo que en cualquier momento, por factores exógenos, puede terminar. “No creer que esta bonanza que está viviendo América Latina va a ser duradera. Depende del éxito norteamericano y europeo y de si hay baja o no en la economía china que afecte a potencias agrícolas o mineras”, dice Ignacio Ramonet. También la Gran Marcha abre el camino a las movilizaciones sociales que van creciendo en las regiones del Perú. Movilizaciones que tienen su origen en la manera cómo se han introducido y se continúa introduciendo los capitales al interior del país: sin respetar las leyes y el permiso de los ciudadanos del Perú profundo. Y tiene su origen en un Estado falso conducido por un gobernante que, antes de defender los intereses de toda una nación, escudan los interese de una minoría que perdieron en el pasado proceso electoral último. Otro gobernante más de lo mismo. Tal como la historia nos ha enseñado.(foto internet)
Ya en Cajamarca, a partir de las seis de la tarde del día 01 de febrero, la población citadina comenzó a concentrarse en la plaza principal para recibir a los campesinos de El Tambo, Sorochuco, Huasmín, Bambamarca… Un nuevo obstáculo: el alcalde provincial Ramiro Bardales Vigo volvía a mostrarse en contra de la defensa del agua y la vida. En contra de los pueblos afectados por la minería. No había dado permiso para que en la plaza principal se desarrolle actividad cultural como recibimiento a los campesinos que venían de las lagunas. Sin embargo, con ayuda de la no presencia de la lluvia, el recibimiento se dio de todas maneras. Cientos de citadinos, a pesar de la noche, se concentraron en la plaza principal.
Al siguiente día 02 de febrero, a las ocho de la mañana, la población cajamarquina, espontáneamente, se reunieron en el Arco del Triunfo para realizar la Marcha de los Cántaros. Estuvieron presentes también los campesinos llegados de las provincias la noche anterior. Luego de la concentración, miles de personas recorrieron las calles rechazando el proyecto minero Conga con pancartas en mano y banderitas rojas y blancas. Al paso por las calles, recibían aplausos de las personas que se encontraban en sus tiendas y las casas.
A promediar las once de la mañana, a un costado de la Iglesia de San Francisco el padre Marco Arana se dirigió a los miles de personas para decirles que la marcha tiene cuatro objetivos: prohibir la minería en cabecera de cuenca, prohibir el uso de cianuro en las actividades mineras, defensa de la Ordenanza Regional 036 y el agua es un derecho humano. En seguida el sacerdote de la iglesia realizó la bendición no solo a los cajamarquinos, sino a los que marchan a la “Lima la horrible” donde el centralismo es tan igual que en el siglo pasado. Luego de la oración del pastor Alonso, la población se dirigió hacía Aylambo donde despidieron a los que iban en la marcha con dirección a la costa. La policía, de cerca, no dejaba de custodiar a los manifestantes quienes, hasta ese momento, se habían comportado en paz y tranquilidad. A las dos de la tarde, los cajamarquinos que se quedaban despedían con abrazos a los campesinos y al padre Marco Arana.
Una vez más, luego de la protesta del mes de diciembre del año pasado, miles de cajamarquinos demostraron a la empresa minera que no se habían cansado en defender el agua y la vida y la inviabilidad del proyecto Conga. Una vez más el alcalde provincial se había mostrado en contra de la mayoría de los cajamarquinos haciendo caso a los concejos de sus asesores, quienes le aconsejaban que tiene que estar con el agua pero necesita obras del gobierno central. No saben sus asesores que un gobernante no puede estar con dios y con el diablo. Tiene que decidirse por uno. O como dice Maquiavelo en el “Príncipe”, un gobernante no debe tomar una posición neutral, tiene que decidir por uno de los dos lados.
La Gran Marcha por el Agua, sin duda, abre un nuevo camino: el cuestionamiento al modelo económico basado en el estractivismo que en cualquier momento, por factores exógenos, puede terminar. “No creer que esta bonanza que está viviendo América Latina va a ser duradera. Depende del éxito norteamericano y europeo y de si hay baja o no en la economía china que afecte a potencias agrícolas o mineras”, dice Ignacio Ramonet. También la Gran Marcha abre el camino a las movilizaciones sociales que van creciendo en las regiones del Perú. Movilizaciones que tienen su origen en la manera cómo se han introducido y se continúa introduciendo los capitales al interior del país: sin respetar las leyes y el permiso de los ciudadanos del Perú profundo. Y tiene su origen en un Estado falso conducido por un gobernante que, antes de defender los intereses de toda una nación, escudan los interese de una minoría que perdieron en el pasado proceso electoral último. Otro gobernante más de lo mismo. Tal como la historia nos ha enseñado.(foto internet)
No hay comentarios:
Publicar un comentario