miércoles, 22 de enero de 2014

Joaquín Ramírez y su acto mediático.


La presencia de un congresista fujimorista, presidente de la Comisión de Salud del  Congreso, Joaquín Ramírez, en las instalaciones del hospital regional de Cajamarca el último fin de semana, no ha sido más que un acto mediático casi de callejón  preparado por el parlamentario y que la prensa local se ha prestado o ha sido sorprendida.

El argumento del congresista ha sido que ha realizado una visita inopinada ante la denuncia de una serie de irregularidades al interior del nosocomio cajamarquino. Los problemas al interior del hospital no son nada nuevo, ni sólo de estos días, vienen  desde varios años atrás con otros presidentes regionales. La noticia que no hay reactivos o insumos en el hospital no es noticia nueva. Como dicen los periodistas, son refritos. La intención del congresista, quien a cada instante critica a los políticos como considerándose una autoridad apolítica mediática, ha sido armarse un espectáculo de callejón al cual los militantes del MAS se han prestado equivocadamente.

Ramírez quiso aprovecharse de la situación que viene atravesando el hospital y lo ha logrado. De una situación  que las autoridades del gobierno regional  no saben solucionar rápidamente por falta de capacidad de negociación con las partes en conflicto y despedir personal, equivocadamente, en un año electoral. Tremendo error.

El congresista fujimorista no se hubiese hecho presente si el hermano, que es inútil hablando y más en política, no fuera candidato al gobierno regional de Cajamarca. No le hubiese importado que no haya insumos para las operaciones, que amanezcan las personas haciendo colas para lograr una cita. Su intención fue aprovecharse de los más necesitados como lo hizo cuando fue candidato al congreso.  Le aconsejaron que en el hospital hay personas que necesitan que alguien les escuchen por una serie de atrocidades que atraviesa no sólo el hospital de Cajamarca sino de todos los hospitales  del Perú.

La intención de la autoridad fiscalizadora no ha sido dar solución al problema que atraviesa el hospital, sino tratar de dar a conocer a la población de Cajamarca que la gestión del MAS, con  Santos  Guerrero a la cabeza, viene trabajando mal. La intención, desprestigiarlo para que de esta manera el hermano no pueda tener un contrincante fuerte en las próximas elecciones.

Joaquín Ramírez y el hermano han iniciado campaña no sólo realizando pintas por doquier, sino el primero utilizando el cargo político para darle la mano al hermano menor. Tienen dinero Dios sabe de dónde, pero no está garantizado el triunfo a punto de populismo.
                          

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