En mi juventud escuché por primera vez a Facundo Cabral en una radio. Inmediatamente salí a las tiendas a buscar su música y su poesía. No lo encontré. Los que atendían en las tiendas me decían que esa música era escasa por la calidad de la letra e interpretación. "¡Casi no se vende!" me advirtió. No me di por vencido. Increiblemente la música de Facundo lo encontré en la calle donde una señora me dijo: "Sí hay". Y sacó dos CD. Los maestros no están en las grande tiendas de puro vidrios y escaleras eléctricas, sino en las calles. En el espacio popular. ¡Maestro, descanza en paz! Los diario de Sudamérica dan cuenta de su asesinato. Los Latinoamericanos lloran junto a Argentina. (Foto:lamula.pe)
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