lunes, 20 de octubre de 2014

Nueva tempestad en los Andes, Cajamarca.

¿Una nueva tempestad en los Andes ha vuelto a levantarse en  casi los primeros quince años del siglo XXI? Luis E. Valcárcel, el indigenista del siglo pasado, habló de una “Tempestad en los Andes”  cuya intención era reivindicar al indio de ese entonces, reivindicar a la clase indígena. No era volver a las estructuras del inkanato menos al territorio del Tahuantinsuyo. No era volver a las formas de vidas prehispánicas sino que, teniendo en cuenta los términos de clase y cultura, fue reivindicar una cultura  amestizada. Es decir, al Neoindio mestizo como lo llamaba Uriel García. Hoy, a ese Neoindio, podemos llamarlo campesino mestizo o cholo de los Andes que produce tempestades  con la intención de defender su cultura y su forma de vida.

En Cajamarca, desde fines del 2011, en que comenzó el conflicto Conga, se ha comenzado a levantar tempestades rechazando la forma como vienen llevando adelante una actividad económica, esa actividad es la extractivista. En realidad, ya venía de un tiempo atrás. Solo que la tempestad se hizo constante porque ese sector social cholo que  ya ha producido tempestades con el fenómeno de la migración en la década de los 50, decidió hacerse respetar como sector social y fortalecer su dignidad como región.

Entre fines del 2011 y todo el 2012 un movimiento social campesino se movilizó hasta llegar a la capital de la región donde expresaron el rechazo a un proyecto minero que lo consideraban asesino y devastador. Para ellos destruirse cerca de cuatro lagunas naturales era destruir sus actividades económicas como la agricultura y la ganadería.

La primera tempestad que se da fue cuando los campesino de Bambamarca, Celendín y parte de Cajamarca toman la ciudad de Cajamarca y se apostan en el atrio de la iglesia San Francisco y desde allí exigen al gobierno que los engañó a que deje sin efecto el proyecto minero Conga cosa que no lo hizo. Esta primera tempestad puso en apuros no solo a los funcionarios de una empresa, sino al mismo Estado que tenía como gobierno a un falso nacionalismo. La tempestad fue tan fuerte que se tumbó al primer gabinete y el gobierno de Humala tambaleó que no tuvo otro camino que acudir la fuerza y la intimidación. Desplazó al ejército y a la policía.
Esta primera tempestad permitió observar la paulatina madurez de una clase campesina  que por muchos años había sido golpeada por el gamonalismo del siglo pasado. No buscan asistencialismo y facilismo de vida, sino continuar con su modelo económico que por muchos años les ha servido para salir adelante. Imponer un modelo económico que destruye a los otros, es destruir toda una vida y una cultura. Es negar la existencia de una clase campesina cholificada.

La segunda tempestad  es la que se ha dado recientemente, el 05 de octubre. Es la de carácter político. La población campesina de Cajamarca entera se ha expresado rechazando lo que quieren imponer: una actividad económica primaria. Demostraron que no están manejados por azuzadores y radicales. Sino su madurez y dignidad los ha llevado a tomar la decisión de elegir a un representante que de alguna  manera se identificó  con ellos.

Esta segunda tempestad,  con el referéndum último, casi arrasó con aquellos poderes que se consideran dueño del Perú y con aquellos políticos y partidos que están por fenecer. Política y democráticamente, a través de un representante político, los campesinos del Perú profundo (Cajamarca), enviaron un mensaje al poder político central diciendo que las decisiones no solo se toman desde el centralismo limeño, sino en consulta con las otras naciones del Perú que merecen respeto.

La tempestad también ha motivado respuestas de políticos y periodistas que no quieren aceptar las decisiones de los pueblos. Sobre todo las decisiones políticas. Como siempre han salido a atacar con adjetivos que no hacen más que encender más el odio en la sociedad peruana. A calificar a un pueblo que no ha hecho otra caso que expresarse en un proceso electoral. En un referéndum.  Por esto es que le duele más a la derecha  intelectual y empresarial de la capital peruana. Una clase dirigencial inepta cuando el Perú tambalea en conflictos externos.

En el Perú, tempestades se continuarán levantando mientras los derechos y las decisiones de los peruanos de los Andes no se respeten.                         


lunes, 6 de octubre de 2014

¿Cajamarca nuevo núcleo de la izquierda?

Santos guerrero
Hay quienes dicen que Cajamarca es el nuevo núcleo de la izquierda en el Perú luego de los resultados del proceso electoral en que se ha elegido a alcaldes y presidentes regionales. A otros les preocupa el triunfo abrumador de Santos Guerrero dejando atrás a dos candidatos de origen fujimorista que decidieron ir por separados. Les preocupa porque dicen que un radical continúa en el poder y las inversiones no llegarán a Cajamarca.

 La verdad de las cosas, en Cajamarca la mayoría de electores, específicamente los electores del espacio rural, le dieron el triunfo a  Gregorio Santos Guerrero en primera vuelta con cerca del 50% de los votos emitidos. Se puede decir que es histórico, políticamente hablando, que el MAS, de Patria Roja, haya alcanzado el respaldo que ha logrado. Ha de ser por algo.

¿Es verdad que Cajamarca es el nuevo núcleo de la izquierda en el Perú? Luego de la debacle de la Nueva Izquierda en los procesos electorales anteriores, la izquierda en el Perú quedó casi abandonada de electores y militantes.  Parecía que iba feneciendo como los demás partidos nacionales quienes, en este proceso electoral, son los perdedores. Sobre todo en provincias donde los movimientos políticos tienen preferencias en los electores.

El MAS, como movimiento, comenzó a crecer en el electorado en el 2006 con  Santos Guerrero como candidato. No ganó pero logró ubicar un concejero en el concejo regional. Goyo, después del proceso electoral de ese entonces, inmediatamente comenzó a trabajar en las comunidades campesinas donde las empresas mineras tenían influencia y no cumplían con los compromisos ofrecidos. Santos trabajó en esas comunidades y ofreció ayudarlos.

 El movimiento de Santos, en los últimos ocho años, ha venido creciendo a pesar de los serios problemas que  tiene la izquierda en el Perú. A nivel de región, tiene una organización casi disciplinada y vida orgánica activa en comparación a los demás movimientos que existen en Cajamarca. A demás de Santos como candidato líder, no tiene otros. Ahí está la debilidad del MAS en Cajamarca. No tiene más líderes por eso no presentó candidato a la alcaldía provincial de Cajamarca. No tiene líderes menos intelectuales. Tendrá que trabajar en ello.

Empero, comienza a nacer una izquierda en Cajamarca pero deberá  desvincularse de la corrupción. Ya César Aliaga, luego de las primeras proyecciones de las elecciones del último domingo, dijo que tendrán cuidado al elegir a los funcionarios en esta segunda etapa. Es necesario que lo hagan. Caso contrario, el MAS, como movimiento de izquierda que pretende nacer del interior del país, dejará de ser el espacio político que defienda  los intereses de las minorías como es el campesinado que ha sido golpeado no solo por el extractivismo, sino  por los gobiernos de turno al olvidarse el agro.

Es hora que el Estado tome protagonismo en nuestro país. Si los movimientos y partidos políticos de derecha no lo hicieron, es la oportunidad que una tendencia lo haga. Esa tendencia es la izquierda. Motivar las inversiones pluralizadas y decirles a los inversionistas que en el Perú existe un Estado y junto a éste normas y leyes que se tienen que respetar.


 Si ha nacido la hora de la izquierda, entonces es necesario que nazca bien.