martes, 27 de septiembre de 2016

El sueño del niño Goito

Sin duda el despunte político de Gregorio Santos Guerrero, “Goyo”, se inició no con su incursión como candidato en el proceso electoral en el 2006, sino con la posición que tomó en el conflicto Conga. Ningún otra autoridad lo hubiese hecho, sino recordemos la decisión que adoptó el alcalde de entonces Ramiro Bardales. De alguna manera Goyo le debe a la mayoría de la población cajamarquina que salió a las calles, le debe el personaje en que le ha convertido. Si la población no hubiese protagonizado el conflicto Conga, que hizo temblar al gobierno de turno, Santos sería un político más como los que aparecen y desaparecen.

 A demás, para convertirse en el personaje que es ahora, Santos, posiblemente, les agradece a sus enemigos que se ganó por su posición en el conflicto. Le hicieron un gran favor sus enemigos políticos a nivel nacional y los enemigos en  Cajamarca. Periodistas de la gran Lima, periodistas locales, autoridades políticas, poder fáctico, instituciones que administran justicia le hicieron la chamba al camarada “Marañón”. El tremendo error que cometieron sus enemigos es lograr que lo encarcelen. “Lo han convertido en el Nelson Mandela de Cajamarca” dijo un periodista limeño y aprovechó para atacarlo. Es que la derecha peruana piensa mediáticamente, es decir no piensa en escenarios futuros, sino en destruir el escenario o personaje mediato que le perturba.

Santos en libertad continúa siendo punto de críticas y comentarios. Periodistas locales o de otros lugares que visitan Cajamarca, dirigentes políticos, no dejan de lanzarlo duras críticas que no hacen más que ayudar la carrera política que ha anunciado. Santos en libertad no sólo afrontará las audiencias por el juicio que se le seguirá, sino, además, va a trabajar en el proyecto político de Mas Democracia para las próximas elecciones generales. Sin duda será candidato a la presidencia por una facción de la izquierda peruana que no ha podido unirse.

“El Nelson Mandela de Cajamarca”. Un periodista limeño que visitó recientemente la ciudad del Cumbe se refirió así, con estos términos, a  Santos Guerrero.  No creo que sea el Mandela de Cajamarca porque hay una gran diferencia con el líder sudafriacano. Lo que sucede es que Goyo sabe realizar muy bien sus movimientos políticos, sus cálculos políticos son bien pensados, aunque los presuntos actos de corrupción, que es problema de todo el aparato público, lo resta liderazgo. Por ejemplo, la decisión de no reclamar la credencial de JNE y no dirigir el gobierno regional de Cajamarca es un cálculo político muy bien conversado. Así lo demuestran los argumentos que han salido a expresar a través de los medios locales no sólo él mismo, sino, además, los otros dirigentes de Mas Democracia.

Santos Guerrero no es el Nelson Mandela de Cajamarca, es más bien el producto de una protesta masiva en contra de un proyecto extractivista que estaba cansando a un pueblo andino llamado Cajamarca. La ausencia de Estado para hacer cumplir las normas ambientales y mineras y el predominio del mercado sobre aquel han sido los factores que protagonizaron el ascenso del personaje  Goyo. Un personaje, que representaba al Estado en ese momento, se puso contra el Estado y de lado de un pueblo cuyas autoridades eran subordinadas por el poder corporativista. Esta decisión no fue fácil para el dirigente rondero porque sabía que se estaba metiendo no sólo contra un poder económico, sino contra un sistema  que funciona desde casi de la fundación de la República. Ese sistema es la economía basada en la exportación primario exportadora. Así que  Goyo no es el Nelson Mandela de Cajamarca, es más bien el rebelde contra un sistema que nadie se atreve a cuestionarlo, un sistema endiosado por los gobiernos de turno.

El camarada Marañón ahora en libertad, como él lo ha expresado, va iniciar el trabajo nada fácil de una nueva constitución. Es como Goyo enfrentándose a los molinos de viento de Quijote. ¿La nueva constitución es el sueño del niño Goíto? Lo cierto es que, a Santos Guerrero, lo tendremos en el próximo proceso electoral pugnando por la presidencia de la república. El contexto político y social lo determinará.

Santos Guerrero es el rondero rebelde por los caminos de la Mancha donde buscará el apoyo de una nueva constitución. No es el defensor del agua, ni de la justicia, sino de un sueño que tiene dos componentes: nueva constitución y nuevo modelo económico que, según él, se implementa en Cajamarca. Sería bueno que lo explique porque no lo vemos por ningún lado.

Al final, Santos Guerrero no es el Mandela de Cajamarca, es el niño Goito con un sueño que pretende llevar adelante en medio de las críticas de sus enemigos que no dejan hablar de él.