martes, 24 de julio de 2012

Conflicto Conga: lucha por derecho a la DIVERSIDAD cultural

En la última visita de los campesinos de Bambamarca y Celendín a las lagunas de Conga junto a los religiosos facilitadores, uno de los comuneros exclamó a través de un megáfono: “Nosotros sólo defendemos nuestras lagunas, nuestras aguas. No somos radicales ni terroristas como nos han dicho. De aquí baja el agua para nuestros animales y sembríos. De aquí baja el agua para tomar” A su turno una campesina humilde narra brevemente: “Llegaron ingenieros y policías de la minera Yanacocha y mataron mis animalitos. Nos golpearon los policías y nos dijeron que salgamos…Nosotros vivimos aquí muchos años con nuestros animalitos”. Estos testimonios y otros más no son más que, de la mayoría de peruanos, exigencias de respeto al derecho a la DIFERENCIA o DIVERSIDAD cultural. Respeto a sus manifestsciones culturales. Buscan, ante un poder imponente, identidad que los niegan con el mensaje de modernidad y desarrollo.

Las comunidades campesinas de Cajamarca, que estuvieron cerca de un mes en paro indefinido y continúan en resistencia pacífica en defensa de sus lagunas y aguas, no hacían más que exigir al Estado cumpla con el derecho a que las comunidades andinas elijan su modo de vida, es decir su propio desarrollo económico. “Lo que nunca se plateó hasta hoy es una utopía de la diversidad que no imponga nada a nadie y que deje a los pueblos ser como ellos quieren ser” dice el antropólogo Rodrigo Montoya y agrega: “La dimensión universal que es legítima sólo puede expresarse a través de un conjunto de derechos esenciales como el derecho a la vida, al trabajo, a la salud, a la libre opinión, a la posibilidad de organizarse, y un nuevo derecho plenamente identificable a fines del siglo XX: el derecho a la diferencia. En el ejercicio de este último derecho los pueblos deben tener garantizada su libertad para hablar sus lenguas, reproducir sus valores y sus formas de pensamiento, sentimientos, emociones y vida”.

Sólo el cumplimiento de este derecho reclaman las comunidades campesinas andinas de Cajamarca. Sin embargo, como respuesta del actual gobierno que dice ser nacionalista, se hizo presente las balas y la sangre. Cinco muertos entre ellos un niño. Esta respuesta de parte del Estado no hace más que fracturar a un más a la sociedad peruana y acrecentar el resentimiento y el odio entre los peruanos. Los que dicen desde la Lima colonial que los cajamarquinos son ignorantes, radicales y terroristas cuando reclaman su identidad a defender sus recursos naturales donde tienen enraizados sus valores culturales, hacen otra cosa que comportarse como Ginés de Sepúlveda que consideraba a los antiguos peruanos como animales e ignorantes que no tenían alma. Ahora, desde la “Lima la horrible”, varios Sepúlvedas, que hacen de políticos, periodistas, empresarios (que se creen dueños del Perú) han aparecido para denigrar a los pueblos cajamarquinos que reclaman únicamente el derecho a la DIVERSIDAD que promueve el mismo gobierno. El derecho a defender su modelo de vida que ellos han elegido.

Hay algo, todavía, de colonialismo en el Perú. Aunque no con las mismas personas del siglo XVII pero sí con otras personas e instituciones que hacen que el Perú aún no sea una Nación con un Estado humano. Es decir no hay Estado-Nación el Perú. Hay pequeñas naciones como la de Cajamarca que ha emprendido una lucha pacífica en la búsqueda de su propia identidad que el poder un modelo lo quiere negar en complicidad de un poder político desprestigiado y corrupto. Cajamarca es una pequeña nación que ha salido a las calles a defender el derecho a la diversidad cultural, esta diversidad expresada en la defensa de sus recursos naturales donde tienen sus formas de vida. Su mundo de vida basada en el agua. Si antes para el poblador andino la tierra era su alma, ahora lo es el agua que cada día es escaso. A mediados del siglo XX el campesino luchaba por la tierra contra el gamonal, ahora lucha por el agua contra las trasnacionales mineras que la destruyen y contaminan. En Cajamarca ha comenzado a crecer una identidad que otras regiones ya la tienen construida, esa identidad se expresa en las voces de los cajamarquinos que luchan en la defensa de sus lagunas, por las calles. "¡Cajamarca, te quiero por eso te defiendo!", son las voces de nacionalismo profundo.

Rodrigo Montoya al referirse a un socialismo mágico como salida dice: “La magia es también sinónimo de vida, de afectos, de música, de canto, de danza. Si la libertad puede enriquecerse con esos elementos dentro de una concepción renovada y enriquecedor de socialismo, la política volverá a vincularse con la vida de donde fue arrancada por las versiones totalitarias capitalistas y comunistas.”

El fondo es que, Cajamarca, ha emprendido su lucha por recuperar su identidad y dignidad que hace casi veinte años la que quisieron destruir. Todavía está a punto de recuperarla.
(Fotos: El Maletero)



viernes, 13 de julio de 2012

Fauna silvestre de la cuenca del río Chonta que sería afectado por proyecto Conga


Dimos un paseo por la cuenca del río Conta, que sería afectado por el proyecto Conga, y nos sorpredió, maravillosamente, la fauna silvestre que se desarrolla en la cuenca. No sólo tienen su habita en el valle de Baños del Inca( Otuzco, Tartar Grande) fanuna silvestre, sino la produccción ganadera.

lunes, 9 de julio de 2012

"Mi sangre, mi vida, todo por el agua" gritan al momento de llegada de intermediarios religiosos.

 Ante la llegada de los intermediarios del conflcito Conga, religiosos Gastón Garatea y moseñor Cabrejos,  a la iglesía presviteriana en el jirón Batán, un sector de cajamarquinos gritan: ¡Ollanta asesino!, ¡Ollanta asesino!, ¡mi sangre, mi vida, todo por el agua! La indiganción colectiva del pueblo cajamarquino ha tomado el liderazgo.  Se busca salida religiosa 

jueves, 5 de julio de 2012

Relato de la detención violenta de un sacerdote.

Era aproximadamente las once de la mañana. El sol calentaba fuertemente el centro de la plaza principal de Cajamarca. El padre Marco Arana, con dos letreros tanto en la espada como en el pecho tirados por dos cordeles, apareció por el jirón Dos de Mayo rumbo a la plaza de armas donde una bandera, de color negro, a media asta trataba de flameaba con dirección a la colina Santa Apolonia, que había sido izada la noche anterior como símbolo a los caídos en Celendín.

El sacerdote avanzaba acompañado de otra persona de contextura delgada y estatura no muy alta. Llevaba puesto una casaca de tela con cuello color blanco polar. Las personas a su paso lo saludaban y, mi persona y otro amigo periodista, también lo saludamos. Él nos contestó con un movimiento de cabeza como contestado el saludo.

El padre, pocos metros al llegar al centro de la plaza, se encontró con un grupo de periodistas que lo abordaron para entrevistarlo. Mientras era entrevistado, en esos momentos la policía vuelve a reprimir a las personas que transitaban por la plaza y algunas que estaban sentadas en las bancas. Hay un desorden y bombas lacrimógenas por todos lados. Entre gases e insultos, los policías aparecen disparando más bombas y se pierden por las calles adyacentes de la plaza tras las personas para golpearlas. Cuando vuelve una leve calma, el padre Arana aparece siempre acompañado de la persona de contextura delgada como si fuera su seguridad, con los letreros rotos que estaban en su espalda y pecho. Los tenía en las manos. La policía ya lo había reconocido.

El sol seguía calcinando el centro de la plaza. Un fugaz viento sopló pero el sol era intenso. El cielo era totalmente despejado. Ni una nueve. Después de recuperarme de los gases lacrimógenos caminé al centro de la plaza para ver qué es lo que sucedía mientras los policías reprimían a las personas en las calles que rodean al mercado central. Volví a encontrarme con el amigo periodista, Lucanito, y conversamos un momento. Mientras conversamos y avanzábamos vimos al padre que declaraba a un medio nacional a través de su corresponsal. Nos acercamos. También gravamos sus declaraciones. En esos instantes cerca de treinta policías, bien unidos por los hombros, bajaron hasta la esquina de la plaza de armas con la intención de sacar a todos de la plaza. Pero ya habían puesto los ojos en el padre Arana.

Los policías llegaron a la esquina de la plaza. Se detuvieron un momento. Hubo un pequeño diálogo entre ellos. Luego retornaron ya no por la calle sino por el jardín de la plaza y con dirección al padre Marco quien, después de declarar a la prensa, estaba sentado en una de las bancas acompañado de una persona de edad con el pelo cano y por la misma persona que lo acompañaba. Un policía lo cogió por detrás. El sacerdote se levantó. Otro policía lo cogió del cuello y los demás comenzaron a golpearlo. “No me peguen, no me peguen. Voy caminando” exclamaba el padre. La persona que siempre lo acompañaba nada pudo hacer ante cantidad de jauría con cascos y palos. Yo trataba de captar la mayor cantidad de fotos posibles a la distancia porque también intentaban golpear a la prensa. Un policía ordenó que taparan con los escudos. “Tapen con los escudos, tapen con los escudos carajo” se escuchó la voz del policía. El líder ambientalista fue conducido con dirección a la gobernación, a medida que lo llevaba lo pateaban por detrás que, por las patadas, tuvo que caerse. Los policías se detuvieron, enseguida lo levantaron en peso y lo hicieron caminar ante los gritos de señoras que pedían que lo suelten, pero la jauría respondía con disparos.

Al llegar a la gobernación los escudos se abrieron y se vio que un policía de contextura gruesa, de piel oscura le daba al padre un golpe de puño en la cara. El padre movió la cabeza y alzó las manos en señal de paz hasta que llegó a la camioneta que lo condujo a la primera comisaria. Antes dos sacerdotes franciscanos trataron de defenderlo, pero era tarde. La camioneta se perdió con dirección a la calle Belén.

El sol seguía quemando. Del mismo modo los policías seguían golpeando a las pocas personas que quedaban en la plaza. Una señora cuestionó molesta a un policía diciéndole: “por qué nos tratan así”. El policía, que minutos antes le iba asentar un varazo a la misma señora que se ve en los videos colgados en las redes, le contestó: "porque son perras concha tu madre”.  La señora se calló un instante y de segurò pensó: " El Perú se sigue jodiendo con estos presidentes".

miércoles, 4 de julio de 2012

Violencia en Cajamarca. Policìa no respeta a nadie

Agresión contra el padre Marco Arana. Policía lo golpeó en el piso.



El padre Marco Arana Zegarra, mientras declaraba para la prensa local y nacional, fue detenido violentamente y golpearaon en el piso.  En Cajamarca la policía no respeta a nadie, las mismas mujeres son insultadas por lo policías.  Alguien tiene que parar la violencia que provoca Yanacocha en Cajamarca. En Cajamarca gobierna la empresa minera.

martes, 3 de julio de 2012

El Movimiento Campesino en la lucha contra Conga

Desde el 31 de mayo, fecha en que se dio inicio al paro indefinido contra el proyecto minero Conga, el Movimiento Social tomó cuerpo en la protesta que está conformada por el sector urbano popular, el campesinado y sector medio urbano. El sector obrero muy reducido. No se esperaba, como lo preveía el gobierno y los operadores de la empresa minera Yanacocha, que el movimiento social creciera a medida que pasaban los días. “Pueblo, escucha, la muerte está en tu puerta”, “El pueblo inteligente defiende el medio ambiente”, “Ollanta, escucha, Conga es inviable” eran y continúan las consignas de los manifestantes por las calles de Cajamarca.

EL MOVIMIENTO CAMPESINO
Las primeras delegaciones campesinas de la provincia de Celendín y Bambamarca, que llegaron a Cajamarca para participar en el paro indefinido, se hicieron presentes ante los ojos de los citadinos cajamarquinos y de la prensa local y limeña que había llegado para cubrir información. Para albergar al Movimiento Social Campesino, sin dudarlo, la congregación franciscana dio espacio para que se paren las ollas comunes y puedan pasar la noche durante los días que estaban en la ciudad. Después eran relevados por otros campesinos que dejaban sus familias para defender el agua de sus cabeceras de cuenca. Parte de la iglesia cajamarquina (sin contar con la diócesis de Cajamarca con el obispo a la cabeza que forma parte del directorio de ALAC vinculado a Yanacocha) se había unido al Movimiento Campesino. El padre de la Iglesia San Francisco, Isaac Shahuan, con los brazos abiertos, dio albergue al campesinado a cambio de nada. También él marchó con su bandera en mano. Contra el padre llovieron críticas por su actitud con el campesinado. Querían que se comporte como un cura más de la novela de "Aves sin nido", un sacerdorte corrupto e inmoral.

Poco faltó que, por los enfrentamientos en el centro de la ciudad, la policía ingrese a propiedad de la iglesia San Francisco y, del mismo modo que en la plazuela Bolognesi, pateen las ollas con comida. Esta vez, a diferencia del siglo pasado del gamonalismo, los campesinos tenían, a parte de la iglesia, como un aliado. El patio principal de la iglesia franciscana se convirtió en el símbolo de la resistencia campesina de donde los campesinos salían, después de comer sus alimentos, a movilizarse por las calles de Cajamarca en donde eran aplaudidos y respaldados por citadinos y vistos despectivamente por otros.

El movimiento campesino, después de largos años, después de la Reforma Agraria, volvió a tener presencia en las calles de Cajamarca para reclamar el derecho no a la tierra, sino al agua que las trasnacionales mineras las destruye con el aval de un gobierno que prometió la protección del recurso hídrico. De este modo, Cajamarca es la primera ciudad andina del siglo XXI que comienza a cuestionar no sólo el modelo económico, sino los abusos de las empresas mineras que son, como se ha visto, el Estado usurpado.

Manuel Ramos Campos, presidente del Frente de Defensa del centro poblado de El Tambo perteneciente a la provincia de Bambamarca, es quien lidera el movimiento campesino. Junto a él no sólo han llegado los paisanos de su comunidad, sino también campesinos de otras comunidades de la provincia de Bambamarca. Ramos Campos tiene la mirada de un hombre cansado pero en sus expresiones se escucha la vehemencia de un campesino que no se doblega fácilmente. Sus pómulos quemados por el frío junto con su elocuencia son los que resaltan en su personalidad. Por las calles de Cajamarca, junto a sus demás compañeros, ordenadamente, se desplaza gritando contra el proyecto minero Conga. “Que lo entienda el presidente Ollanta que el proyecto Conga es inviable porque destruirá nuestras cabeceras de cuenca” dice cogido el resumen del EIA del proyecto minero y agrega que no permitirán que muevan ni una piedra de sus lagunas y de lo que pase será responsable Yanacocha y Ollanta Humala.

El Movimiento Campesino no sólo de las provincias afectadas, sino también de otras provincias de la región está convencido que su lucha es por el agua y consideran que con dirigentes o sin dirigentes lucharán hasta el final. Hasta dicen que en su lucha no tiene que ver Santos, Arana y Saavedra. La solidaridad con el campesinado que se encuentra en la ciudad es grande. No sólo los citadinos donan comida para las ollas comunes, sino lo mismos campesinos llegan de los distritos trayendo leña y lo que siembran en sus comunidades. A más de un mes del paro indefinido, son los campesinos los que se desplazan por las calles gritando contra el proyecto minero. Su lucha es constante a pesar que sus aliados maestros han retornado a sus aulas.

En la lucha del campesinado contra el proyecto minero, el sector popular urbano, que comprende el comercio ambulatorio, el comercio de los mercados de la ciudad y las organizaciones sociales de los barrios de la ciudad; y el sector medio que comprende los estudiantes universitarios, estudiantes de nivel secundario y los profesionales son los que conforman el movimiento social que ha nacido en Cajamarca. En el último fin de semana, las mujeres cohesionaron y fortalecieron el movimiento campesino. De la marcha de las mujeres más del cincuenta por ciento eran campesinas que todavía se movilizan por la ciudad junto a los hombres.

Así que el Movimiento Campesino es el que todavía se encuentra en las calles. No se cansa. A pesar del repliegue de los otros sectores ellos siguen adelante. De las circunstancias del momento dependerá lo que suceda más adelante.