lunes, 1 de febrero de 2010

Un comentario a la política Cajamarquina

TRAS EL PODER POLITICO CAJAMARQUINO
¿Qué es la política? La teoría política lo ha definido como un estado de conflicto en que dos partes luchan para alcanzara el poder político. En Cajamarca, a pocos meses que la campaña electoral se dé inicio, las agrupaciones políticas ya están en plena calistenia y en algunos programas periodísticos se presentan los representantes de agrupaciones partidarias. La pugna entre ellos se encuentra en la etapa inicial.
Lo primero que se prevé es que, en las próximas elecciones municipales y regionales, proliferarán los candidatos tras el poder. El escenario social cajamarquino no tendrá otro camino que soportar, además de sus desastrosas estrategias publicitarias, la avaricia de grupos de personas por alcanzar el poder político. En la pugna por alcanzar sus objetivos, no dejará de estar presente la denominada guerra sucia que, en esta campaña, será más que hez.
En la proliferación de candidatos, a través de los medios de comunicación, ya están comenzando aparecer los posibles candidatos. La izquierda, en Cajamarca, que está representada por la Nueva Izquierda, que ha formado el MAS y tiene como candidato implícito a la región a Gregorio Santos Guerrero, se encuentra en pleno trabajo. Los izquierdistas se sienten casi ganadores por el tan sólo hecho de quedar en segundo lugar las elecciones últimas. La nueva izquierda se ha olvidado que los contextos y fenómenos inmediatos hacen cambiar un destino político. En este mismo sector ideológico, se ha anunciado la presencia de candidato de Tierra y Libertad del padre Marco Anara. Seguro que debilitará al candidato de esta ideología que desea el poder político. El problema es que todos quieren el poder. Bien ha hecho el humalismo de no presentar candidato en provincias. Por allí ya ha aparecido, para malograr el pastel, el residente de la izquierda, Fuerza Regional, que lo encabeza Javier Bobadilla, que algunos lo han llamado el bobadillismo. Empero es muy débil partidariamente. Tan sólo muchachos salen atacar con vehemencia de adolescente.
Por otro lado los apristas, como es característica de su comportamiento político, se encuentran en un canibalismo interno. Sin embargo, la candidatura de Emilio Horna, a la alcaldía provincial, es casi segura (acaban de anunciarlo). Pero para volver alcanzar el poder político no le va ser tan fácil. Tendrá que entrar en lucha no con Marco La Torre, sino con el candidato del legendario FIR de Luis Guerrero Figueroa, a pesar que éste tiene sus anticuchos que le pude hacer perder la elección. Otro de los candidatos que no deja de perder espacio en los programas periodísticos es Javier Pereira, del partido de la lampa, Acción Popular. Desde las elecciones anteriores, el ex empresario de Minera Yanacocha busca el poder político. Pero la debilidad de Pereira, a demás de haber sido un servidor de la trasnacional que ha provocado muchos problemas a las comunidades campesinas, es que su partido ha perdido liderazgo nacional y el no es un líder político en Cajamarca. Por equivocación del destino politico llegó a ser regidor provincial.
El fujimorismo, en Cajamarca, para alcanzar el poder local, prácticamente no canta: chino, chino, chino… Lo único que se sabe es que Cecilia Chacón no pierde tiempo en ganar adeptos sobre todo en el sector de las comunidades campesinas de donde sacó los votos para ser congresista. No nos sorprendería que Chacón, con ayuda de la trasnacional minera (Yanacocha), sea la candidata a la alcaldía provincial. Es decir, estaría el poder político en manos del poder económico de manera explícita. En tanto para el gobierno regional Absalón Vásquez apunta alcanzar el poder. Algunos cajamarquinos, mismos hijos pródigos, vuelven a la tierra que les vio nacer. Pero vuelven con el leguaje cínico: “quiero trabajar por Cajamarca”.
Así que ni bien termine las actividades del carnaval, el otro poder: el económico, no perderá tiempo en capturar a la agrupación política con más posibilidades de ganar o colocar su candidato y financiar la campaña. Y la campaña política no parará.

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