jueves, 12 de diciembre de 2013

Necesitamos una teoría pedagógica para nuestra educación

Estudiantes peruanos (foto Andina)

La evaluación a los maestros para que pasen a la Carreta Pública Magisterial viene desde los noventa con la gestión del fujimorismo. La intención era que maestros seleccionados trabajen con niños, adolescentes y jóvenes en los tres niveles de Educación Básica Regular. Han pasado los años empero la educación no ha mejorado.  Los últimos resultados de PISA, que evaluó a estudiantes de las escuelas públicas y privadas de 65 países incluidos el Perú, ubican a nuestra educación en el último lugar. Esto indica que estamos estancados en educación.

¿A qué se debe la desastrosa situación de nuestra educación? Lo primero que tenemos que decir es que  nuestra educación no tiene una teoría pedagógica que haya nacido de nuestra propia realidad educativa. En otros términos, no existe una teoría epistemológica que explique nuestra educación y guíe a la misma por un correcto derrotero y concluya en una educación pionera en la región latinoamericana. Es necesario  que nuestra educación se desarrolle sobre la base de una teoría educativa que no lo tenemos. Sólo hemos acudido a poner en práctica teorías que son propias de otras sociedades desarrolladas y capitalistas.

 Así, la tendencia pedagógica de la  Escuela Nueva  es la que se viene aplicando en la educación peruana a pesar que esta tendencia teórica pedagógica hizo su parición en los primeros años del siglo XX. “Se desarrolla casi simultáneamente en diferentes países capitalistas (EE.UU, Inglaterra, Francia, Italia Bélgica y entre otros) resaltó el papel activo que debe tener el estudiante, transformó las funciones que debe asumir el profesor en el proceso educativo, y  mostró la necesidad y  posibilidad de cambios en el desarrollo del mismo.  Este nuevo movimiento educativo constituye un reflejo de los profundos cambios y transformaciones socioeconómicos ocurridos y de las ideas filosóficas y psicológicas que se desarrollan en este periodo”[1].

Si bien  esta tendencia pedagógica  apunta a que el estudiante desarrolle todas sus facultades  y que el profesor es un facilitador con ciertas metodologías, no ha dado resultados en la educación de nuestro país.  John Dewel, pedagogo y filósofo norteamericano, pionero de esta tendencia, puso en práctica las ideas pedagógicas con estudiantes norteamericanos que pertenecieron  y pertenecen a familias que facilitan la formación educativa de sus hijos.  Las familias peruanas no son iguales a las norteamericanas y otras donde la Escuela Nueva se desarrolló y sí dio resultados.

En la Escuela Nueva se establece la relación escuela-familia, es decir la formación del estudiante no sólo es responsabilidad de la escuela sino también del padre de familia. El problema de las familias peruanas es que tienen serios problemas. Decía un psicólogo que los padres de ahora  son progenitores y no formadores de sus hijos. Ya no ponen reglas en casa sino los hijos les dan órdenes. Este tipo de familias son difíciles  que contribuyan con la formación de sus hijos. Aquí está una de las razones por la situación vergonzosa que atraviesa nuestra educación. Necesitamos familias fuertes  que sepan regular y orientar a sus progenitores y conducir sus hogares.

El ministro de educación, ante lamentable situación de nuestra educación, ha hablado de una especie de reestructuración de la educación de nuestro país. Pero qué se puede reestructurar si ya se han experimentado modelos, programas que no han dado resultados fructíferos.  Se ha experimentado con el Bachillerato y programas que se invirtieron millones de soles.  Se han seleccionados maestros a través de exámenes nacionales y los “mejores” hoy se encuentran trabajando con niños, adolecentes y jóvenes.

¿Dónde está el problema de nuestra educación?  Pregunta que lleva a un amplio debate sobre el tema no sólo entre educadores, sino éstos con los mismos padres de familia y los gobernantes quienes son los que canalizan las políticas publicas que tienen que ver con la educación. Debatir sobre si la metodología está fallando, los contenidos o el diseño curricular nacional no sirven o están inspirados en otra realidad educativa. Insisto, necesitamos una teoría pedagógica que nos guie en nuestra educación.

“La educación sirve para estimularte a pensar, pero también para proporcionarte contenidos que luego vas a tener que ordenar tú. Una  educación que pretende dártelo todo ordenado para que no pienses será mala, desde luego, pero otra que no te da nada, que pretende que pienses desde el vacío también lo será”, dice Fernando Savater filósofo y educador que, si bien es español, su idea no deja de ligarse a nuestra educación.  El debate es que si a los estudiantes se los está dando contenidos o información  debida de las diversas materias o áreas como se los llama ahora.  Si al estudiante de media le preguntan quién fue el “Brujo de los Andes” o el “Bibliotecario mendigo”, y si no sabe es porque el profesor no le ha dado la información necesaria o el programa curricular es sumamente reduccionista: en un área se enseña un poco de cada materia. Es hora que los agentes de la educación se pongan a debatir temas de educación caso contrario el progreso de nuestro país continuará estancado.  
    
     
     
              




[1] La Escuela Nueva. Ada Gloria Rodríguez y  Teresa Sanz

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