viernes, 14 de septiembre de 2012

El último memorial de los coremarca (Bambamarquinos)




Los descendientes de los coremarca (Bambamarquinos), civilización que fuera sometida por los Incas, hace no muchos días atrás, se trasladaron a la capital de la región Cajamarca para expresar su rechazo a la empresa minera Yanacocha que viene construyendo reservorios en la zona de Conga. No se tragan el cuento que la empresa ha suspendido sus operaciones. Ellos advierten que no los provoquen porque lo que pueda suceder en las alturas donde se encuentran sus lagunas es de entera responsabilidad del gobierno de Ollanta y de la empresa. Para advertir oficialmente al gobierno, han enviando un memorial con la firma de pobladores de más de 20 comunidades de la provincia bambamarquina.

El memorial, que recoge el espíritu de indignación de un pueblo dolido y golpeado por la minería a parte de la servidumbre que vivió en el siglo pasado por el gamonalismo semifeudal, no es más que una advertencia de ese pueblo que no respetó el último estado de emergencia porque su sentimiento colectivo humillado fue más fuerte que la ley. Si el actual primer ministro Jiménez no conoce lo que puedan hacer los bambamquinos, descendientes de los coremarca, es bueno que haga caso al memorial dirigido a Ollanta.

En la región Cajamarca se conoce el concepto de lo que los bambachos puedan hacer, que no se aguantan pulgas. Son luchadores. Más que los cajamarquinos quizá porque en éstos la aculturación es más fuerte que en esa provincia que ahora está también en pie de lucha. En la conferencia de prensa, los líderes de base, los que conocen a profundidad el sentimiento de sus coterráneos, dijeron que “más vale morir ante una bala que morir a pausas por falta de agua”, otro dijo “la gente defenderá con sus vidas las aguas de sus lagunas”. El memorial tiene un mensaje tangible: respetar el derecho a la diferencia cultural de ese pueblo de los andes del Perú.

La prensa local cajamarquina, aquella que hace el papel de la prensa nacional pero por unos cuantos centavos, ha acusado a los bambamarquinos de ser manejados por el presidente regional Santos Guerrero con fines políticos. La respuesta de los dirigentes de base, como Manuel Ramos, han expresado enfáticamente que en su lucha por el gua no tiene que ver nada Santos Guerrero, Marco Arana y Wildrefo Saavedra.

Mucho querrá inmiscuirse Idelso Hernández, mano derecha de Goyo, en las bases sociales de los bambamarquinos pero ahí están Edy Benavides, joven dirigente de base, Manuel Ramos, trajinado dirigente, y otros más para ponerle el pare a Hernández cuando quiera aprovecharse políticamente de ellos. Marco Arana, con su Tierra y Libertad, no tiene bases políticas, ni siquiera son embrionarias; él sólo aparece técnicamente con Grufides que ha jugado papel importante no sólo en la lucha contra el proyecto minero Conga, sino contra otras luchas como Quilish. Los campesinos de Bambamarca agradecen a Marco Arana por el trabajo técnico que ha realizado en la lucha contra Conga. Wilfredo Saavedra, quien ha criticado duramente a los dos anteriores de querer provecharse de la lucha contra Conga, sólo tiene a los dirigentes del FDAC quienes, con un trabajo constante, sólo influyen en las organizaciones sociales urbanas. De modo que, esa tesis que maneja el actual gobierno y un sector de la prensa local de que los bambamarquinos son manejados políticamente por Santos y Arana no tiene sustento tangible.

Volviendo al memorial. La parte medular se encuentra donde los coremarca le piden a Ollanta que la empresa Yanacocha deje de construir los reservorios en la zona de las lagunas y que retire su maquinaria. El pedido se anticipa a un escenario de sangre que pueda sucede en las alturas. Los bambamarquinos ya no quieren más sangre por eso se dirigen a la máxima autoridad del país a que Yanacocha se retire no por capricho de un sector de dirigentes, sino del más del ochenta porciento de bambamquinos según la encuesta de Ipsos Apoyo. Además le piden a Ollanta que la empresa minera deje libre sus caminos y carreteras que comunican con sus caseríos. Para los comuneros la empresa no sólo se ha adueñado de sus lagunas y manantiales, sino de sus carreteras que las construyeron con el esfuerzo de la minga y el apoyo de sus municipalidades distritales. En el fondo lo que los campesinos piden es que el Estado-nacional no se deje degollar por las empresas trasnacionales que sueñan con su utopía de la anarquía del mercado.

Lo que preocupa del memorial, cuando lo presentaron ante la prensa local, es el significado de las palabras del dirigente de Colinas Verdes quien dijo que mejor morir ante una bala que por pausas por falta de de agua. Lo que se nota en los descendientes de los coremarca, como en la mayoría de las comunidades del Ande, es que el agua y la tierra son sinónimo de vida y, cuando uno de ellos les quitan, la vida no tiene razón. Es la herencia ancestral que la actual sociedad, donde los capitales no tienen alma, lo consideran mitos. Inservibles. Que obstaculizan el desarrollo en nombre de la modernización.

Después del memorial, ¿Cuál será la respuesta del gobierno? Será ignorar el documento y esperar, aquí mi hipótesis, que se derrame la sangre y se pierda vidas para luego tomar decisiones políticas que en nada remediarán pérdidas de vidas humanas. Ojalá me equivoque. Ojalá que el Estado nacional esta vez, por lo menos, escuche a los coremarca que tienen decido todo. Que tienen decidido entregar sus vidas por sus aguas.

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