Ministro Silva Martinot |
Las declaraciones del ministro de Turismo y
Comercio Exterior José Luis Silva Martinot ha provocado reacción no sólo en la
persona aludida, sino también en un sector de la prensa cajamarquina y la
sociedad civil. El periodista limeño, que le hizo abrir la boca al ministro
para expresar que Santos Guerrero, presidente regional de Cajamarca, le hizo
mucho daño a Cajamarca que Abimael Guzman,
apuntaba a provocar reacción de los políticos limeños pero no fue así.
Sólo ha tenido reacción en la región Cajamarca y no en el espacio macro
nacional. Sólo ha reaccionado el mismo presidente regional y un sector de la
prensa local. Algunos medios escritos locales, en portadas, han repetido las
declaraciones del ministro en que comparaba a Santos con Abimael Guzman Reinoso
líder del movimiento político terrorista Sendero Luminoso.
Presidente regional Santos Guerrero |
Inmediatamente, las declaraciones del ministro
suscitaron respuesta del presidente regional de Cajamarca quien ha rechazado
las declaraciones comparativas. En conferencia de prensa y a través de una carta
ha expresado su malestar y ha pedido rectificación del ministro y hasta la
renuncia si es que no lo hace. Ha expresado que es una difamación y calumnia
que hace daño a Cajamarca.
La reacción de Santos es, sin duda apelativa y de
respuesta política. Le responde al ministro que él ha sido elegido como
autoridad política en proceso electoral donde un buen número de electores
decidieron su elección como presidente regional. Además le responde que él no
ha matado a nadie ni secuestrado. Y que
las declaraciones del ministro le hacen daño a Cajamarca y no tanto a él porque la protesta contra Conga lo hizo la población de Cajamarca.
Lo primero que tenemos que decir ante el
incidente entre el ministro y la autoridad regional de Cajamarca es que la
política, en el Perú, continúa en desprestigio ante las decisiones y
expresiones de los que representan a los gobiernos. Estos incidentes de
comparación que provocan odios no sólo en los aludidos, sino en el sector
social, hacen bastante daño a la política que debería adecentarse. Estos
incidentes no hacen más que contribuir a que la ciudadanía continúe no creyendo
en la política y en sus gobernantes.
El ministro Martinot, quien ha comparado al
presidente regional de Cajamarca Gregorio Santos Guerrero con Abimael Guzman Reynoso cabecilla de la agrupación
terrorista Sendero Luminoso, no ha hecho
más que remover los resentimientos que trajo el conflicto Conga en Cajamarca y,
sus declaraciones, son también poco responsables de un ministro que debe actuar
con estrategia y política.
Decir que una persona es responsable de lo que
viene sucediendo en Cajamarca es muy irresponsable. Es como un padre,
unilateralmente, responsabiliza a su esposa del mal camino que ha tomado uno de
sus hijos. ¿Y él donde estuvo, qué hizo para orientar y aconsejar a su hijo? En
el conflicto Conga y en los demás conflictos mineros en el Perú, ¿qué hizo el
Ejecutivo para enfrentar los conflictos? Prácticamente nada. No movió ningún
dedo para formular un nuevo diseño minero donde las normas se reformulen para
reemplazarlas a las que han perdido vigencia. No movió ningún dedo para ubicar
a los organismos del Estado como el ANA y la OEFA en sus respectivos lugares, y
no seguir siendo apéndice de la Presidencia del Concejo de Ministros. No fortalece la la ley de Consulta Previa, más bien lo está dejando de lado.
Es más, ahora el ministro de Energía y Minas
ha declarado que proyectos energéticos y mineros pasarán sin tener en cuenta la
ley de la Consulta Previa a las comunidades donde se encuentran los proyectos.
El defensor del pueblo Eduargo Vega Luna ha declarado que “El Ministro de
Energía y Minas está en un error que finalmente es una ilegalidad y está
vulnerando el derecho de los pueblos indígenas en la zona andina” ¿Y éste no es hacerle daño no sólo a
Cajamarca, sino a otros pueblos del país que tienen los mismos problemas
socioambientales? Claro que es un daño mayúsculo. Es hacerle daño tal como
Abimael le hizo daño a las comunidades del Perú. Lo que sucede es que los
ministros actúan mirando sólo los intereses de los inversionistas en las
actividades extractivistas, y no los intereses de aquel sector social de
culturas ancestrales.
Lo segundo es que, Santo Guerrero, por su
parte, no sólo se ha dedicado a la desesperada tarea de recoger firmas para
inscribir su movimiento político, sino que ha descuidado en concluir el laboratorio del
agua donde, de alguna manera, se podrá saber la calidad de agua que toman los
cajamarquinos y de esta manera contribuir al tratamiento de los conflictos. Es
necesario que se concluya el laboratorio y se implemente de inmediato.
En tercer lugar, el incidente Santos Guerrero
vs ministro Martinot, también ha suscitado posición de los periodistas locales.
Algunos han expresado adjetivos e insultos contra una de las dos autoridades.
Más que contribuir y orientar a la opinión pública, se han comportado en
operadores de una de las partes en conflicto. Si bien la independencia y la
imparcialidad son principios del periodismo, pero éstas desaparecen cuando el
periodista pierde credibilidad.
Finalmente, en el Perú existe el pensamiento
que los problemas existentes son responsabilidad de una sola persona o de un
solo gobierno subnacional. No sabiendo
que el tratamiento de los problemas en el Perú deben tener un trato sistémico
profundo y funcional.
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