jueves, 9 de mayo de 2013

Santos Guerrero vs Martinot

Ministro  Silva Martinot

Las declaraciones del ministro de Turismo y Comercio Exterior José Luis Silva Martinot ha provocado reacción no sólo en la persona aludida, sino también en un sector de la prensa cajamarquina y la sociedad civil. El periodista limeño, que le hizo abrir la boca al ministro para expresar que Santos Guerrero, presidente regional de Cajamarca, le hizo mucho daño a Cajamarca que Abimael Guzman,  apuntaba a provocar reacción de los políticos limeños pero no fue así. Sólo ha tenido reacción en la región Cajamarca y no en el espacio macro nacional. Sólo ha reaccionado el mismo presidente regional y un sector de la prensa local. Algunos medios escritos locales, en portadas, han repetido las declaraciones del ministro en que comparaba a Santos con Abimael Guzman Reinoso líder del movimiento político terrorista Sendero Luminoso.

Presidente regional Santos Guerrero
Inmediatamente, las declaraciones del ministro suscitaron respuesta del presidente regional de Cajamarca quien ha rechazado las declaraciones comparativas. En conferencia de prensa y a través de una carta ha expresado su malestar y ha pedido rectificación del ministro y hasta la renuncia si es que no lo hace. Ha expresado que es una difamación y calumnia que hace daño a Cajamarca. 

La reacción de Santos es, sin duda apelativa y de respuesta política. Le responde al ministro que él ha sido elegido como autoridad política en proceso electoral donde un buen número de electores decidieron su elección como presidente regional. Además le responde que él no ha matado a nadie ni secuestrado.  Y que las declaraciones del ministro le hacen daño a Cajamarca y no tanto a él porque la protesta contra Conga lo hizo la población de Cajamarca.  
        
Lo primero que tenemos que decir ante el incidente entre el ministro y la autoridad regional de Cajamarca es que la política, en el Perú, continúa en desprestigio ante las decisiones y expresiones de los que representan a los gobiernos. Estos incidentes de comparación que provocan odios no sólo en los aludidos, sino en el sector social, hacen bastante daño a la política que debería adecentarse. Estos incidentes no hacen más que contribuir a que la ciudadanía continúe no creyendo en la política y en sus gobernantes.

El ministro Martinot, quien ha comparado al presidente regional de Cajamarca Gregorio Santos Guerrero con Abimael  Guzman Reynoso cabecilla de la agrupación terrorista  Sendero Luminoso, no ha hecho más que remover los resentimientos que trajo el conflicto Conga en Cajamarca y, sus declaraciones, son también poco responsables de un ministro que debe actuar con estrategia y política.

Decir que una persona es responsable de lo que viene sucediendo en Cajamarca es muy irresponsable. Es como un padre, unilateralmente, responsabiliza a su esposa del mal camino que ha tomado uno de sus hijos. ¿Y él donde estuvo, qué hizo para orientar y aconsejar a su hijo? En el conflicto Conga y en los demás conflictos mineros en el Perú, ¿qué hizo el Ejecutivo para enfrentar los conflictos? Prácticamente nada. No movió ningún dedo para formular un nuevo diseño minero donde las normas se reformulen para reemplazarlas a las que han perdido vigencia. No movió ningún dedo para ubicar a los organismos del Estado como el ANA y la OEFA en sus respectivos lugares, y no seguir siendo apéndice de la Presidencia del Concejo de Ministros. No fortalece la la ley de Consulta Previa, más bien lo está dejando de lado.

Es más, ahora el ministro de Energía y Minas ha declarado que proyectos energéticos y mineros pasarán sin tener en cuenta la ley de la Consulta Previa a las comunidades donde se encuentran los proyectos. El defensor del pueblo Eduargo Vega Luna ha declarado que “El Ministro de Energía y Minas está en un error que finalmente es una ilegalidad y está vulnerando el derecho de los pueblos indígenas en la zona andina”  ¿Y éste no es hacerle daño no sólo a Cajamarca, sino a otros pueblos del país que tienen los mismos problemas socioambientales? Claro que es un daño mayúsculo. Es hacerle daño tal como Abimael le hizo daño a las comunidades del Perú. Lo que sucede es que los ministros actúan mirando sólo los intereses de los inversionistas en las actividades extractivistas, y no los intereses de aquel sector social de culturas ancestrales.

Lo segundo es que, Santo Guerrero, por su parte, no sólo se ha dedicado a la desesperada tarea de recoger firmas para inscribir su movimiento político, sino que  ha descuidado en concluir el laboratorio del agua donde, de alguna manera, se podrá saber la calidad de agua que toman los cajamarquinos y de esta manera contribuir al tratamiento de los conflictos. Es necesario que se concluya el laboratorio y se implemente de inmediato.

En tercer lugar, el incidente Santos Guerrero vs ministro Martinot, también ha suscitado posición de los periodistas locales. Algunos han expresado adjetivos e insultos contra una de las dos autoridades. Más que contribuir y orientar a la opinión pública, se han comportado en operadores de una de las partes en conflicto. Si bien la independencia y la imparcialidad son principios del periodismo, pero éstas desaparecen cuando el periodista pierde credibilidad.

Finalmente, en el Perú existe el pensamiento que los problemas existentes son responsabilidad de una sola persona o de un solo gobierno subnacional.  No sabiendo que el tratamiento de los problemas en el Perú deben tener un trato sistémico profundo y funcional.      


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