lunes, 6 de mayo de 2013

Se fue el último Jacobino

Javier Diez Canseco

Sin duda, se fue el último de los grandes legisladores que ha tenido la clase política desde el siglo pasado, su presencia prestigiaba al actual congreso de la república lleno de desprestigio y corrupción. Javier Diez Canseco no sólo fue un gran político con principios definidos, sino un maestro de quien aprendieron los jóvenes políticos de izquierda y los que no lo son.  El actual el congreso, con su presencia, se daba el lujo de tener a un gran político como legislador, pero los que lo invitaron a seguir siendo congresista lo traicionaron y lo sacaron del congreso.

Congresistas corruptos de oposición y del oficialismo se ensañaron con él porque quisieron que Javier se preste a todo que vaya contra sus principios. Él no aceptó. Se distanció de ese falso nacionalismo que dejó de lado la hoja de la gran transformación  para pasar a la hoja de ruta de los que no ganaron las elecciones y gobiernan. No estuvo de acuerdo con lo que venía haciendo la gestión de Ollanta, por ello se retiró para formara otra bancada junto a otros congresistas expulsados del falso nacionalismo. Ya estaba en la mira. Hasta que lo sacaron. 

Cajamarca agradece a Javier Diez Canseco porque estuvo de lado de un pueblo que salió a las calles a defender su dignidad y la vida. Fue uno de los pocos políticos que recibió a los cajamarquinos quienes, en la Marcha del Agua, se desplazaron a la capital para pedir que el ejecutivo tome medidas sobre la irregular actividad de la minería en la región. Recibió las iniciativas legislativas de los marchantes, lo canalizó en el congreso para que sea debatido y aprobado, pero el pleno jamás lo hizo. Ahora, el proyecto de ley que defiende las cabeceras de cuenca, ante la pérdida de Diez Canseco, queda en manos de los demás congresistas que también son autores del proyecto.

Su honestidad y dignidad fue manchada por el actual congreso cleptocrático. Pero el Poder Judicial se encargó de dignificarlo. Ordenó que sea repuesto en el lugar de donde lo expulsaron. Empero la mesa directiva del congreso, con su presidente a la cabeza, se zurró en la disposición. No hizo caso. Hasta que, hipócritamente, ante su muerte, quiso hacerse presente con flores a lo que la familia de Javier ha rechazado.

Hoy, en Cajamarca, jóvenes seguidores de Javier y militantes del partido Socialista, realizarán una vigilia en nombre del gran político y maestro. Los jóvenes recordaran al gran maestro y limpiaran la afrenta a la que el congreso actual ha manchado. Proyectarán en la plaza videos de la trayectoria de la vida política y maestros de Diez Canseco.

El pueblo no olvidará a Javier por su lucha de los derechos humanos y la justicia social. Fue el último González Prada del siglo XXI porque, teniendo la posibilidad de ser un político de recha por proceder de una familia acomodada, decidió abandonarla para dedicarse a luchar por los más necesitados, por los descamisados como decía el peronismo.

Tendrá que pasar cien años para que nazca un nuevo Javier Diez Canseco y la política peruana vuelva a ser decente. Se fue el último jacobino elegante en su discurso, incisivo en su fiscalización. 
   

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